Un coro, una orquesta, un pastor que hace las veces de showman director y cantante al unísono, y un profuso público entregado a la causa. Eso es una misa africana!.
He estado en tres misas, cada una en un país diferente, os contaré particularidades si bien todas tienen en común ese ambiente más que cálido, enseguida me hicieron sentir que era una más. En una misa africana todos somos una familia, aplican a rajatabla la máxima de «Todos somos hermanos», y más que una misa, es una auténtica fiesta. No podía ser de otra manera con estas gentes.