Hoy el plan era ir a una misa a las 8:30 horas y luego a las montañas de Bvumba. Ayer sábado cuando llegaba a Ann’s Lodge entre en un edificio en el que parecía que estuvieran dando un concierto y se trataba de un ensayo para la misa del domingo. Pregunté y la chica me escribió el lugar donde se iba a llevar a cabo la celebración y le dije que acudiría a escucharlos.
Ema me había gestionado el transporte por un precio asequible. En la oficina de información y turismo de Mutare me habían dado una información muy pobre pero al menos me habían facilitado unos pequeños mapas de Bvumba y Chimanimani, y me habían indicado que a Bvumba tendría que ir con transporte propio porque era una zona amplia de recorrer. Me orientaron sobre el precio del taxi, unos 100 $. Creo que se pasaron un poco porque Ema habló con John, un sobrino suyo que hace las veces de taxista, y por 40 $ me llevaba de excursión todo el día. De paso me recogía a las 8 horas para que pudiera asistir a la misa, en realidad a los cantos de Gospel, que era lo que realmente me interesaba.
Pero ni a las 8 ni a las 8:30 aparecía John, y eso que le llamamos por teléfono un par de veces. Decía que ya venía pero pasaba el tiempo y eran las 8:45 y ni rastro. Yo me enfadé mucho, las misas aquí son de aproximadamente unas dos horas y suele haber una parte de cantos al principio y luego un largo sermón. Me iba a perder el Gospel. Cabreada les dije que me llamaran a otro taxista que aunque viniera John no iba con él, menudo informal! Aquí la gente suele ser cumplidora, tuve mala suerte con éste conductor. Al final vino Kalvin, y recorrimos Bvumba.
Primero paramos en el lugar donde se celebraba la misa, concretamente en el Mutare Teachers College, pero a las misas africanas dedicaremos un nuevo post más adelante,. Lo merecen 😉
Bvumba o Vumba es una zona montañosa que se ubica en el noreste de Zimbabue, y hace frontera con Mozambique. Se conoce como las montañas de la bruma, pues Bvumba en shona (que es la lengua que se habla en esta zona y que responde a la etnia mayoritaria del norte de Zimbabue) significa bruma. Y son magníficas y unas grandes desconocidas para el turismo. Vine aquí gracias a Miriam y Beto que me recomendaron la zona este del país y fue todo un acierto. Jamás he visto bosques con mayor colorido. La vegetación de las montañas es frondosa, espectacular, pero lo más asombroso, lo que me cautivó… fueron esos árboles…Ese colorido que teñía sus copas: desde el verde más vivo a un intenso amarillo oro, junto con un variado naranjado y hasta el absoluto rojizo… No sabía lo que me deparaba Bvumba, y fue eso, lo totalmente inesperado junto con su gran belleza, lo que me impide borrar esos colores…
A ambos lados de la carretera, zonas boscosas con árboles infinitamente altos. A la derecha la cima de Castle Beacon, con sus 1.911 metros, es la montaña más elevada.
Visitamos el Jardín Botánico de BVumba. Habían dos oficiales de la oficina de los parques nacionales Zimbabueses. Creo que se alegraron al vernos, a penas hay turistas en Bvumba, aunque esta salpicada de pequeños hoteles con encanto y alguna guest-house. Parece que la gente cruza directamente a Mozambique y desconoce o se olvida esta maravilla de lugar.
El caso es que los agentes nos recibieron con alegría. Me dijeron que el precio era de 10 $ cada uno y el coche 3 $. La suma era importante 23 $ por la visita. Yo les dije que no podía pagar eso y después de varios tira y afloja me dejaron que entrara pagando el precio local 3 $.
Cuando bajé para pagar se levantó uno de los agentes de la silla en la que estaba sentado y me entró un ataque de risa al ver el estado del asiento inexistente. Solo la armadura persistía. Le dije que por favor pidiera una nueva silla, y los dos se partían, y aunque me daban la razón me dijeron que no era tan incómoda y me hicieron probarla. Al final tenían razón, se podía sentar uno sin dañarse el trasero. Quizás no era tan prioritario cambiar de asiento ;-)….
Observé la libreta donde elaboraban el recibo y ví que los pocos turistas que vienen al día si que habían pagado los 10 $. Me hicieron un trato especial. Querían que conociera esta maravilla que son sus jardines. La vegetación es densa y espesa, y mil especies distintas de flora, incluyendo flores de magníficos colores, como los blancos lirios y las azuladas y rosadas begonias, rodeaban el apacible estanque. Nadie en los alrededores. La sensación de paz era incontable. Es un lugar más que hermoso.
A la vuelta les dije a los trabajadores lo mucho que me había gustado el lugar y que lo iba a recomendar a todo el mundo y se quedaron más que contentos. Es aburrido su trabajo si no vienen visitantes, ya que son personas abiertas y campechanas que disfrutan del trato con la gente.
La siguiente parada fue el Leopard Rock Hotel. Donde hay un lugar con encanto y salvaje, siempre hay un hotel apto solo para grandes cuentas ;-). El hotel debe su nombre a que está enclavado en una roca y porque en la zona hay leopardos, según me dice Kalvin mientras lo paseamos. Tiene su campo de golf, juegan algunos blancos, y sorprendentemente algunos negros.
Pido permiso para entrar y pasear por el hotel y me brindan la entrada sin problema. La recepción es impresionante con una cristalera que parece llega hasta el cielo en paralelo al tronco de un impresionante árbol que hay junto al edificio. Parece que no hay huéspedes, me aclara un empleado elegantemente trajeado que hoy está tranquilo. El precio de la habitación individual es de 140 $. Aunque no la cogería ni loca, no lo veo descabellado para el emplazamiento de que disfrutan los clientes.
Cada cierto tramo, a los lados de la carretera hay una línea que exhibe telas y delantales llenos de color y movimiento. Lástima que no hayan turistas y que no me motive suficiente comprar estos artículos, pues me encantaría colaborar con estas gentes, que sin problema y con sonrisas me permiten fotografiar la estupenda forma en que lo presentan.
Tomamos una carretera que bajaba hacia el valle, era también preciosa, con bambús en algunos tramos, y árboles que nos tapaban el cielo. De repente un pequeño bosque de árboles dorados, que contrastan con el intensísimo verde del entorno.
Por otro de los caminos avistamos una colina de árboles coloreados. No te cansas de admirar la variedad de colorido en árboles de la misma especie. Es un fenómeno inusual, único!. Recuerdo que en Japón había fotos de algunos templos en la estación otoñal donde los jardines estaban teñidos de color. Cuando yo fui era verano y no presentaban esas tonalidades, pero tengo mis dudas de que sea comparable a Bvumba.
Un día tranquilo…De nuevo al llegar a Mutare voy a comer a mi restaurante de ayer y me recibe la chica de recepción con una sonrisa. Voy a los aseos y en la parte de atrás hay un ambientazo tremendo. Es una terraza donde hacen barbacoas, además hay futbolines, billar y una televisión. La gente bebe y observa el fútbol. Adoran este deporte aquí y me preguntan muchos por el fútbol español. Yo sonrío y les informo sobre mi «no cultura» futbolística ;-). Me encantaría que nos conocieran más por algún otro rasgo, algo que realmente nos defina e identifique, pero por desgracia, y que me perdonen los viajer@s futboleros ;-), me quedo con las ganas….
Hasta el próximo post viajer@s…..
Qué colorido!! Precioso!!
De verdad María, es algo impresionante!! bsss
m´ha agradat molt llegir les descripcions dels colors,la llum… i junt a les fotografies m´he pogut imaginar per un instant la tranquilitat i l´emoció de poder experimentar la sensació d´estar en el mig del món, i sentirse tan menut!
Toni, he tornat a llegir el post i he recordat… la veritat que va ser un dia tranquil i excepcional, era una sensació de «com puc tindre aquestes meravelles per a mi a soles»…em sentia tan afortunada!!
Moltes gràcies per llegir i escriure, bsss