Aunque me hubiera quedado algún día más en Mutare, tenía los días justos, así que a pesar de que me costaba, tenía que despedirme de Ann’s Lodge y de la monada y gran habitación que tenía para mi sola y trasladarme a Chimanimani. Y también dejar a Ema, la principal responsable de que me sintiera como en casa ;-).
Chimanimani en las montañas
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