Para llegar a Vicfalls me uno a un equipo de australianos que viajan en familia con un guía. Jensey es el patriarca y el hombre es más que amable conmigo. Entre curioso e integrador me pregunta sobre mi viaje, y sobre España. Me preguntan más cuando observa en la frontera mi pasaporte cubierto de sellos, ya que con dificultades encuentro espacio para la visa de Zimbabwe al coste de 30 $. Él también me cuenta, y me presenta a toda la familia. Resulta un viaje agradable, aunque a medida que avanzamos me doy cuenta de que lo podía haber hecho por mi cuenta y me hubiera ahorrado una buena parte de los 30 $ que he pagado por el transporte. En fin, a la próxima ya lo sé.
Acertadísima extensión a Zimbabue
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