Una historia sin tregua

Como tantos otros países de África, la historia de Zimbabue es convulsa. La empecé a conocer leyendo la guía de Olvido y con los capítulos que dedica Javier Reverte a este país en su recorrido como “Vagabundo en África”. Y me atrapó…

Orígenes y la invasión desde el sur

Adentrándonos en su lejano pasado, los territorios de Zimbabue se dividía en pequeños reinos de la etnia shona. El imperio shona tuvo una época de máximo esplendor como testimonian las ruinas del Great Zimbabwe, que ya visitamos y posteamos. Si recordáis, desde el establecimiento de los portugueses en Mozambique en el siglo XVI se extiende la leyenda de que estas impresionantes ruinas habían sido sede del reino de Ophir, archiconocido por las minas de las que obtenía sus riquezas el rey Salomón. Pronto los portugueses trazaron expediciones para su descubrimiento, que fueron frenadas por los shonas.

Por otra parte, a principios del siglo XIX en Sudáfrica se desatan sangrientas guerras que condicionarán la historia de los reinos shonas de Zimbabue: Shaka, un monarca zulú se alia con Mzilikazi, un jefe de una región al norte de Zululandia (región hogar de los zulúes ubicada en Sudáfrica, al este del país y haciendo frontera con Suazilandia y Mozambique) para luchar contra los caudillos oponentes. Poco después se enfrentan entre ellos y Mzilikazi huye hacia el norte ocupando una región habitada por sotos y pedis, que llamaron a los invasores “Matabeles” (“los que llevan los escudos»). Los hombres de Mzilikazi se llamaron a si mismos debeles y se hicieron con un amplio territorio, ya que huyendo de los Boers, siguieron ascendiendo hasta la actual Bulawayo, extendiendo así su reino hasta el río Zambeze por occidente.

En 1870 Lobengula sube al trono, sucediendo a su padre, Mzilikazi, y establece la capital en Bulawayo (en debele “el lugar de la matanza”), nombre que recibe por  haber sido escenario de sangrientos combates entre Lobengula y los oponentes a que ascendiera al trono.

Lobengula dio permiso a los jesuitas para establecer una misión en su tierra y también concedió licencia para cazar en sus tierras a algunos blancos. Uno de ellos fue Frederick Selous, un Big Game Hunter, que más tarde tendrá un papel nada despreciable en la historia del país.

Poco después Lobengula firmó un tratado de amistad con Gran Bretaña para asegurar la integridad del estado y limitar el establecimiento de colonos blancos en las tierras debeles, ya que en 1868 habían sido descubiertas las ruinas del Great Zimbabue, lo que dio fuerza a las leyendas sobre las minas del rey Salomón y el monarca dbele temía que  ello atrajera la llegada de exploradores e invasores.

La llegada de Rhodes

Entonces entra en juego la figura de Rhodes, que marcó un antes y un después en la historia de este país. Cecil Rhodes nació en 1853 en la región de Hertfordshire, Inglaterra. Hijo de un pastor de la Iglesia de Inglaterra, convertido más tarde en vicario, tuvo nueve hermanos y dos hermanas. Aquejado desde joven de una enfermedad pulmonar, su familia decide enviarlo a vivir con su hermano. En 1870 Rhodes desembarcó en África, con destino a Natal (Sudáfrica), donde su hermano tenía una granja de algodón, y empieza a trabajar con él, pero cuando una suerte de fiebre del diamante se desata por la región, Rhodes decide adquirir una mina cerca de Johanesburgo y gestionarla él mismo.  Comienza a enriquecerse. El primer paso para convertirse en un hombre de fortuna y dar alas en su aventura colonizadora.

En abril de 1880, Rhodes y su socio Rudd fundan De Beers Mining Company, de la que ya hemos hablado en Kolmanskopp ghost town y el comercio de diamantes. Ese mismo año se presenta para la Asamblea de la Colonia del Cabo por Barkley West, un distrito rural con mayoría de votos boeres, y a pesar de esto consigue ser elegido. Se afianza también como político en el sur de África.

Desde Sudáfrica, Rhodes avanzó hacia la actual Zimbabue alentado por la ilusión de encontrar un filón de oro tan enorme como el que se encontró cerca de la ciudad de Johannesburgo. Sus principales objetivos eran enriquecerse y ampliar el imperio británico. Ni un viso de altruismo entre sus fines. Su ambición era abarcar para Gran Bretaña, nada más y nada menos que, desde El Cabo hasta El Cairo. Como sus aspiraciones se vieron limitadas por el tratado de amistad entre Lobengula y Gran Bretaña, en 1888 Cecil Rhodes coacciona a Lobengula para la firma de importantes concesiones sobre la explotación de minerales a cambio de 10.000 rifles, 100.000 cartuchos, cañonera y 100 libras esterlinas al mes, lo que sin duda iba a ser mucho menos que los beneficios que los ingleses obtendrían. Poco después Lobengula manifiesta su protesta a Gran Bretaña, pues parece que lo firmado da poderes a Rhodes para emprender todo tipo de acciones, pero al parecer los ingleses están más interesados en ampliar su imperio a costa de la financiación de las campañas bélicas por la compañía fundada Rhodes, la BSAC (Compañía Británica de Sudáfrica), que en defender los derechos del rey debele.

El plan de Rhodes era invadir los territorios de Lobengula y para ello contrató para liderar la Columna de los Pioneros al cazador Frederick Selous, que conocía bien la zona. Selous, que había escrito artículos críticos contra las ansias colonizadoras del británico y su negativa actitud hacia los nativos, aceptó sin amilanarse, la suma que Rhodes le ofreció y participó en su aventura. La conquista comenzó por los territorios de los shona, en dirección este, y en septiembre de 1890 alcanzaron Harare. Los Pioneros bautizaron la colonia como Rhodesia. Entonces Rhodes ocupaba ya el puesto de Primer Ministro de El Cabo.

Desde Rodesia del Sur (actual Zimbabue) Rhodes avanza hacia el norte hasta conquistar la Rodesia del norte (Zambia) y Niasilandia (Malawi).

Podríamos aportar más datos sobre la actuación de Rhodes y su obsesión por extender su territorio pasando por encima todo aquello que se interpusiera en su camino, pero por mucho que indaguemos nada de legado para la humanidad podemos encontrar en los haberes de este despiadado personaje que se ganó a pulso formar parte del glosario de Malos de la Historia. Su cuerpo yace en «The view of the word» uno de los puntos más imponentes del Parque Nacional de Matobos, cerca del que fuera su lugarteniente y amante Leander Jameson.

Para saber más sobre Rhodes …Un racista imponente.

Una autonomía fallida

En 1923, y tras 27 años de explotación y carga contra los negros, Gran Bretaña concede un estatuto de autonomía a la colonia, retirando a la BSAC el poder político. En 1964 Rodesia del Norte y Niasilandia ganaron la independencia. Pero Rodesia del Sur siguió otro camino. El primer ministro Ian Smith, desoyendo las instrucciones de Londres y siendo fiel a su vocación ferviente de dominio blanco sobre la población nativa, proclamó unilateralmente la independencia negando a la mayoría negra la participación en la política. A pesar del embargo internacional que esto desencadenó (En 1966  el Consejo  de Seguridad de la ONU lanza la orden, no acatada por Sudáfrica y Portugal, de romper relaciones económicas con Rhodesia  y en 1968 el embargo que impone la ONU se amplia, incluyendo restricciones financieras y de transporte), mantuvo el régimen racista hasta que la Segunda Guerra de Liberación, la guerra civil iniciada en julio 1964, finalizara en diciembre de 1979 con un saldo de 27.00 muertos.

La también conocida como guerra Segunda Chimurenga fue impulsada por el Frente Patriótico (PF) que se formó originariamente en 1976 como alianza política y militar entre los partidos ZAPU y ZANU con el fin de derrocar del poder a la minoría blanca que gobernaba el país. ZAPU operaba principalmente desde Zambia conducida por Joshua Nkomo (dbele), y ZANU (Zimbabwe National People’s Union) liderada por Robert Mugabe (shona) actuaba desde la vecina Mozambique. Ambos movimientos disponían de su brazo militar: el de ZAPU era ZIPRA (Zimbabwe People’s Revolutionary Army) y el de ZANU, ZANLA (Zimbabwe African National Liberation Army).

Ahora sí, la independencia 

En 1980 gracias a la ayuda de las presiones internacionales y la actuación conjunta de la guerillas, Smith es depuesto y se constituye la república de Zimbabue. El país alcanza su independencia tras 90 años de dominio británico.

Merece una reseña la interesante contribución de Bob Marley a este logro, quien apoyó abiertamente el movimiento de  liberación la ex-colonia y cuya canción «Zimbabwe» sirvió de inspiración en la lucha por la emancipación con su «Every man got a right to decide his own destiny»  (Todos los hombres tiene derecho a decidir su propio destino). Bob Marley and the Wailers fueron invitados y actuaron en la Ceremonia de la Independencia el 18 de abril de 1980, entonando el ya considerado himno de independencia. Añado link con subtítulos en español para los curiosos «Zimbabwe» by Bob Marley.

Desconocía este dato cuando pise Zimbabwe por primera vez y me sorprendió la cantidad de trazas jamaicanas en el estilo de muchos de los jóvenes de Vicfalls. Pronto me aclararon la impronta de este icono que tejió unos lazos ya indisolubles entre Zimbabue y Jamaica (separados más de 12.000 km), que van más allá de la influencia musical.

Durante la campaña electoral de 1980 el Frente Patriótico se divide en sus respectivas facciones ZANU-PF y ZAPU-PF que compiten separadamente por el gobierno del país. Las elecciones fueron ganadas por Robert Mugabe (ZANU-PF), quien fue elegido Primer Ministro en 1980 y alcanzó la presidencia en 1987 tras algunos cambios en la constitución.

Enfrentamientos internos y la toma de las granjas

Pero las adversidades continúan, ya que el mismo año que se proclama la independencia estallan enfrentamientos entre debeles y shonas y se saldan con una matanza de debeles a manos de las fuerzas especiales del shona Robert Mugabe. Bajo el nombre de Gukurahundi (en shona:»la lluvia temprana que limpia por dentro la paja antes de las lluvias de la primavera») se  ampara una campaña de terror estatal desde 1982 hasta el finales de los años 80 en la que a través de la Brigada 5ª del ejército fueron asesinados miembros y simpatizantes de la ZAPU (Unión Popular Africano de Zimbabwe) en las provincias del pueblo ndebele Matabeleland y Midlands. La barbarie fue de tal magnitud que es por muchos considerada un genocidio.

En 1990 la inestabilidad política iba en aumento y la oposición crea, en 1999, el Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), que representa la alianza entre los sindicatos y otros grupos de la sociedad civil.

Para eliminar cualquier sombra del pasado y evitar nuevos episodios de desprecio y humillación hacia la raza negra el gobierno de Mugabe inicia una agresiva política contra los blancos. En el año 2000 una de las acciones de mayor calado acometidas es el reparto de las granjas: Desde el gobierno se favorece el ataque por parte de los zimbabueses de las granjas, mayoritariamente propiedades de los blancos, y así éstos, tras sufrir vejaciones y expropiaciones fueron saliendo del país, de tal forma que actualmente son una absoluta minoría. Mugabe declaró a los blancos enemigos de Zimbabue. Algún zimbabués es crítico con estas decisiones, por su falta de planificación, pues la ocupación de las granjas no dio paso a una adecuada  explotación de las mismas y por consiguiente fueron infrautilizadas, no cultivando el producto necesario para alimentar a la población y empujando al país a una agricultura de subsistencia que ligado a un azote de sequía generó importantes bolsas de pobreza.

Después de lo que he visto en esta parte de África puedo entender que el pueblo zimbabués quisiera deshacerse de los blancos. No existe la igualdad entre blancos y negros por aquí, mirad Sudáfrica con sus inacabados conflictos, Namibia con su aparheid no declarado..¿Cómo tras años de dominación de blancos sobre negros, donde los blancos tienen las mejores tierras, la tecnología, y lo más importante: el conocimiento, de repente se puede plantear una sociedad con igualdad de oportunidades? Dudo que exista esta voluntad en algún lugar, así es la naturaleza humana. Si al menos se hubiera previsto cómo seguir manteniendo las granjas…

Estancamiento e incertidumbre 

La situación del país no hace sino empeorar, ya en diciembre  de 1997  una  huelga  nacional había paralizado el  país  como  protesta  por la  imposición de nuevos  impuestos  para  financiar  las  pensiones  de los veteranos de guerra y en  octubre de 2000 se registraron  violentas manifestaciones en los alrededores de Harare,  provocadas, principalmente,  por el aumento  de un 30%  de los  precios el carburante y del pan.

A principios del año 2000 EEUU tomo la iniciativa en la condena del Gobierno Zimbabués por el incremento de los ataques a los derechos humanos y el cumplimiento de las leyes, a la que se unieron gran parte de la comunidad mundial, entre ellos Reino Unido, reclamando al Gobierno una evolución democrática en paz. UK es crítico con la actitud de Mugabe muestra de lo cual es el hecho de que la reina Isabel II le depuso de su título honorífico de caballero, en «señal de repulsa por las violaciones de los derechos humanos y el desprecio abyecto hacia la democracia por parte de su régimen» y que el gobierno británico emprendió sanciones contra personas concretas del régimen zimbabués. También Mandela, el ex presidente sudafricano, ha condenado abiertamente el régimen de Robert Mugabe calificando la crisis como «un trágico fracaso del liderazgo».

En 2005 el deterioro de la situación económica es tal que la hambruna afecta prácticamente a un tercio de la población (más de 4 millones de personas), lo que contrasta con el gasto de más de 500 millones de dólares en armamento encargado ese año. Se forman colas en Harare para comprar gasolina y suele escasear el maíz,  elemento básico de la seguridad alimentaria en Zimbabwe, al no poderse realizar las importaciones masivas de alimentos por falta de reservas de divisas. Se suceden los cortes de suministros básicos y cientos de miles de hogares se quedan sin agua corriente ni electricidad.

La hiperinflación

El dolar zimbabués pierde valor de forma estrepitosa debido a la escasez de intercambios extranjeros, al gasto militar e intervención en conflictos como el del Congo, la corrupción, la falta de alimentos y las grandes sequías. El presidente Robert Mugabe y sus aliados intentaron paliar este déficit de ingresos imprimiendo dinero a toda velocidad, con la consiguiente pérdida de valor de la moneda y la elevación de los precios. El resultado fue una hiperinflación alimentada con billetes con más ceros.

En 2007, los datos económicos alumbran un inflación del 1.728%, la más alta del mundo. En 2008 el gobierno dejó de publicar datos sobre el nivel de inflación, si bien según la información contrastada llegó a alcanzar los 231 millones por ciento, lo cual significa que los precios se multiplicaban por horas.

El billete de 100 millones de dólares zimbabueses (recordemos, 1 billón anglosajón equivale a 1000 millones y 1 trillón a 1 millón de millones) circuló por apenas unos meses antes de que la moneda fuera oficialmente abandonada en el país en 2009.

Para frenar la imparable inflación se optó por la introducción de un régimen multidivisas, en el que monedas extranjeras, fundamentalmente el dolar estadounidense y el rand sudafricano, reemplazan el dolar zimbabués, lo que ha permitido reducir y estabilizar la inflación si bien Zimbabwe se ha quedado sin moneda propia.

Para saber más: La libertad de moneda acaba con la hiperinflación de Zimbabwe

Gobierno de coalición

Mugabe pierde la primera vuelta de los comicios de 2008 y tras las violentas elecciones, en las que murieron unos 200 seguidores del MDC, el Movimiento por el Cambio Democrático representado por Morgan Tsvangirai y la ZANU-PF firmaron un tratado para la formación de un gobierno de coalición. Se crea el Ejecutivo de unidad nacional.

Pese al pacto de Gobierno, Mugabe y la ZANU-PF han mantenido el control de las Fuerzas Armadas, la Policía, el aparato judicial del país y los medios de comunicación públicos.

En 2013 Zimbabue celebra un referéndum constitucional tras doce años en crisis y a las puertas de unas nuevas elecciones.  El resultado del referéndum de marzo de 2013 aprueba por una amplia mayoría la nueva Carta Magma presentada por Mugabe y Tsvangirai, primer ministro de Zimbabwe, que establece las base para el futuro del país, a través de la unidad, tras la violencia desatada tras las elecciones de 2008. La nueva Constitución de Zimbabwe ha sido aclamada por Estados Unidos y los observadores regionales, ya que protege a los zimbabuenses de todas las formas de violencia y tortura y garantiza la libertad de expresión en el país africano. La nueva Carta Magna fija un máximo de dos mandatos de cinco años para el presidente, aumenta los poderes del Parlamento y suprime el cargo de primer ministro.

El desempleo en Zimbabue alcanzá cifras superiores al 80% en 2009, lo cual genera que el país sufra una alarmante fuga de personal cualificado. El 25% de la población vive en Sudáfrica, Namibia y Gran Bretaña, unas 3,5 millones de personas. Las remesas de los trabajadores en el extranjero son una ayuda vital para la economía del país.

A esto hay que sumar el hecho de que en 2009 más de 1,2 millones de personas tiene SIDA; cada semana mueren 700 personas por la enfermedad, si bien cabe añadir que Zimbabwe ha logrado una de las disminuciones más drásticas en la prevalencia del VIH en el sur de África, de 27% en 1997 a un nivel levemente superior al 15% en 2010.

Mugabe, a sus 89 años, lleva casi 32 al frente del país africano, ha permanecido en el poder desde la Independencia y hasta la fecha. Es el tercer líder que más ha durado en el poder en África, tras los líderes de Angola y Guinea Ecuatorial.

Los abusos y destarifos del anciano presidente son continuos, he aquí una pequeña muestra:

Treinta años después de alcanzar el poder la gente está sufriendo bajo el mandato de Mugabe. A pesar de la dramática situación del país, las gentes viven el presente con la esperanza de un cambio, no diría que viven resignados sino esperando que en breve este déspota y olvidado de su pueblo desaparezca del mapa y haya otra oportunidad para sus gentes, a las que siempre apoyaré…

FUENTES

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