También la medina está organizada por gremios, los puestos con la oferta de elementos de cuero y piel (cinturones, bolsos, calzado…) se organizan cercanos a las pequeñas curtidurías no comparables a las de Fez.
Bab Saida
Me encaminé hacia Bab Saida. Partí de la Gran Mezquita, es la de mayor tamaño de la medina, construida en 1807 y con un alto alminar. Puesto que en Marruecos solo está permitida la entrada a las mezquitas a los musulmanes los turistas nos quedamos en puertas, se atisba desde ésta un amplio patio central.
Paré a comprar algo de merienda, me decanté por una pieza de este magnífico bizcocho que el pequeño amablemente me vendió. Anduve también por la calle Metamar, donde según indica la guía se ubican casas señoriales que solo podemos intuir por los letreros en algunas de ellas, porque ni la fachada lo denota y ninguna es visitable a menos que esté regentada como hotel o restaurante.
Poco antes de llegar a Bab Saida unos jóvenes jugaban a las damas acomodados en un viejo sofá plantado en medio de la calle. Junto a Bab Saida, la zouía ─una especie de pequeño monasterio religioso islámico─ de Sidi Saidi de 1609 y su precioso minarete, sobre a la derecha. A continuación el Cementerio de los Mártires, que alberga las tumbas de aquellos caídos en el asedio de Ceuta, no es accesible al público pero se puede observar desde unas rendijas.
Deshaciendo lo andado paré por el camino para hablar con un señor que tomaba la fresca en una esquina, era mayor, me dio conversación en español, Mohamed, ─no es muy arriesgado adivinarlo pues es con diferencia el nombre más común─ también había vivido en España y era un anciano entrañable, me hubiera sentado con él a pasar el resto de la tarde.
El barrio de Blad al que se accede nada más traspasar Bab Saida en dirección al interior de la Medina es el más señorial y aristocrático y alberga las mejores mansiones. De nuevo hay que imaginar la grandeza de las residencias pues aparentemente no hay indicios de tal fausto. Por el camino, sigo teniendo pequeños grandes encuentros…
Bab Maqabar , de Ceuta o de cementerios.
Volví sobre mis pasos para llegar a la calle Siaguin que me encauzaba hacia Bab Maqabar. En esta calle me topé con la zaouía de Sidi Ali Ben Raisún que data de 1823 y se caracteriza por un alminar ortogonal decorado con azulejos de colores y junto a ella la mezquita Rbata del siglo XVI con esta maravillosa puerta.
Avancé por el gremio de los carpinteros, pequeños talleres con obsoletos medios de producción y abundante trabajo en la calle.
Bab Maqabar, es un área con mucho ajetreo. Me siento en un patio a imitar a los marroquíes, a observar, a un lado la tienda de carbón para cocinas, el personal y las visitas a la fresca, se mezcla el relax con el trabajo en una combinación aparentemente casi perfecta. En frente una estupenda confitería ofrece sugerentes pastelitos, Tetuán es sin duda la ciudad de los dulces, variados y con un aspecto irresistible se esparcen por las calles de la medina.
Bab Maqabar también es conocida como puerta de Ceuta, entiendo que por su orientación y puerta de cementerios, ya que nada más traspasarla se extiende el camposanto musulmán. Inmenso, se extiende paralelo a la muralla y se expande hacia la parte nueva de la ciudad, sin nichos, solo tumbas esparcidas caóticamente sobre el suelo. Una deteriorada puerta de entrada de gran belleza (en la foto) permite el paso a la necrópolis, un espacio abierto, un jardín de sepulcros donde los mayores se sientan a descansar, rezar, yo diría que incluso a charlar o pasar la tarde. En un pequeño edifico elevado se encuentran las tumbas de los refundadores de Tetuán.
Parece que siempre está abierto, no hay barreras ni control de acceso, es un lugar de paso para acceder a otras zonas de la ciudad, pero sin duda tierra de paz…
Bajando más adelante se haya el Cementerio Judío, también llamado de Castilla, la guía indica no abierto al público, pero después me entero que por una propina el guardia que vive allí hace la vista gorda a las visitas. Lo tengo pendiente para mi próxima vez en Tetuán, voy juntando excusas ;-). Me pregunto si tendrá alguna similitud con aquel inolvidable cementerio judío de Varsovia, el abandono absoluto predominaba sobre las tumbas, se había transformado en algo salvaje, como lo fue el propio Ghetto, con una historia densa entre sus muros, ahora disfruta un presente tranquilo, solo un puñado de turistas nos dejamos caer por allí…
Bab Nouaded, de Fez o Regulares
Esta puerta que se orienta hacia el camino a la fascinante Fez, se haya próxima al Cuartel de Regulares. Su calle principal es netamente comercial, me escabullí del agradable alborozo y trepé por las calles del Ayun el barrio que asciende la montaña hacia el Cuartel, anteriormente la Kasba. Me rodee de este verde intenso
Recorrí la calle de Nyari del barrio de Tranqat hasta llegar al arco de los Herreros y salí de la Medina. Al salir por la Bab Nouaded todo es un gran mercado, puestos ambulantes de todo tipo y tamaño flanquean ambos lados de la calzada, los peatones conviven con los vehículos o al contrario, la ciudad rebosa vida y frenesí, y así es todos los días.
El Ensanche
También está parte es merecedora de un paseo, recientemente rehabilitada con participación española ─Junta de Andalucía de nuevo─, está preciosa con esas casas estilo colonial de fondo blanco y carpintería verde, arquitectura española y reminiscencias de art-decó.
En la plaza principal, Plaza Moulay el-Mehdi, el Ayuntamiento y otros magníficos edificios abrazan la explanada. Uno de ellos es entre otras cosas la pensión Iberia, donde la lonely recomienda alojarse pero que parece que siempre está completa. No lo lamento, gracias a ello vivo en Hotel África 😉
La Avenida Mohamed V es la calle más concurrida y comercial de la ciudad, comunica la Moulay el-Mehdi con Plaza Al-Jala, donde se ubica el Palacio Real, ya en la medina.
Al caer la tarde es un espectáculo, los cafés a un lado y a otro de la calle son hervideros de devotos del te y espectadores de la gran fiesta que es disfrutar del aquí y el ahora. Como transeúnte por calzada ─ahora peatonal por precepto de la protección del monarca─ te sientes cual modelo sobre pasarela, alargando las piernas para pasear por la vida.
Tertulia y cena en Hotel África
Con más de media medina a mis espaldas me recogí en Hotel África. Mis últimas fuerzas las emplee en subir a ver las vistas del atardecer desde la terraza de Nordin. Para alcanzar mejor panorama bastaba saltar a la terraza del vecino, yo creo que es posible recorrer la medina cual saltamontes por azoteas.
Al rato llegó Juan con Munir, un amigo suyo catalán-marroquí. Me explico, sus padres, marroquíes, oriundos de aquí, se instalaron en Calella de Mar que es donde él nació. Hace unos años decidió volver a sus orígenes y ha abierto una librería en la Avenida de Mohamed V, la calle más transitada de Tetuán. Él se siente totalmente catalán y pro-independentista.
Luego está el portugués, del que me habían hablado pero que no había conocido. Me cuenta su plan viaje: agarraros! 8 años previstos de vuelta al mundo en bicicleta, empieza ahora con 53 años, un tío fuerte, militar de las fuerzas aéreas retirado, lo ha dejado todo, vendido casa y coche… y a viajar. Nada de su equipaje es improvisado: lleva una botella con un filtro que le permite beber agua de cualquier tipo, basta introducirla y dejar actuar al flitro. En total considerando la bici 50 kilos distribuidos en 4 alforjas. Me acordé de Jimbo, el entrañable japonés que conocí en Windhoek, la persona más valiente con la que me he topado, solo en su bicicleta por la sabana africana…Ahora está en India, yo creo que él mismo ya ha perdido la cuenta de lo que dura su viaje… Toda la suerte para Hernán, un nuevo admirable viajero! Le seguiremos.
Salió esta vez un guisado de carne con lentejas y pan, y de nuevo compartimos todo al estilo marroquí, ya sabéis… ¿Qué como se comen las lentejas con las manos? No lo sé, pero os aseguro que se comen…;-) Buenas noches viajer@s