A la mañana siguiente bien temprano, a las 5 horas me recogió el taxi en la guest-house, para empezar mi travesía para llegar a Maun.
Enseguida localizamos el bus, era noche cerrada, la chica que había junto a la puerta me da una etiqueta para identificar mi mochila al meterla en el maletero. Qué serios, esto si que es organización!.
Pocos viajeros y yo la única blanca. Me miran, no debe ser una línea muy turística. En Detrás de mi, una chica de Gaborone que estudia en Sudáfrica me pregunta por le billete, hablamos un poco. Me dice que me ayudará con el taxi al llegar a la estación, porque muy erróneamente yo me pensaba que tardaba 6 horas y llegaba a pleno día y resulta que eran más de 10. Lógico a poco que uno se fije en el mapa.