Para variar, madrugamos. La noche había sido entretenida. Cuando nos íbamos a dormir, el concierto de los hipopótamos era apoteósico, parecía que estuvieran avanzando hacia la zona de las tiendas. En el silencio de la oscuridad retumbaban esos salvajes gritos. Al principio asusta, pero luego convives con ello. Ahora sí, durante la noche hay que hacer todo lo posible para no salir de la tienda. El guía nos dice que alumbremos con la linterna antes de salir por si en el exterior vemos algunos ojos cerca, y por supuesto, si los vemos no salgamos. Imaginaros con estas recomendaciones lo fácil que es relajarse y dormir 😉
Incursión en Tukay Island y vuelta con sorpresa
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