Compramos unos pasteles en la sorprendente pastelería del pequeño camping de Solitaire, regentada por un alemán, y nos pusimos en marcha a Walvis Bay.
Atravesamos el interesante Kuysep Canyon, donde dos famosos ecologistas alemanes Henno Martin y Hermann Korn, estuvieron escondidos durante 3 años en el transcurso de la II GM. Nos encontramos por el camino un grupo de avestruces, también cebras y un oris. Fue emocionante encontrar las cebras, eran las primeras. Paramos y avanzamos un poco, nos mirábamos mutuamente pero ninguna se movía, ni ellas ni nosotros. Son preciosas, y no hay dos iguales.
En el camino paramos cerca de Aus para ver los famosos caballos salvajes, también hicimos un stop para acercarnos a los sorprendentes nidos que hacen algunos pájaros en los árboles y en los postes eléctricos. En ocasiones llegan a ser tan pesados que acaban tumbando los árboles nos dice el guía.
Nos levantamos a las 6 h., nos arreglamos, desayunamos, recogimos el campamento y nos dirigimos al Cañón. La visión es impresionante, por la extensión del cañón, por sus formas y colores variados y porque era solo para nosotros. Recuerda mucho al Cañón del Colorado. Fish River Canyon es menor pero igualmente magnífico. El segundo en tamaño (161 kilómetros de longitud, 27 kilómetros de anchura y 550 metros de profundidad) tras el de Arizona. Y y lo que lo hace más grande es que no hay que compartirlo. Únicamente otro vehículo se ubicaba en el aparcamiento con nosotros a esas tempranas horas.