Cachí y el sorprendente recorrido por los Valles Calchaquíes

A las 7:30 horas me pasaron a recoger por el hostel en una minivan. Las excursiones organizadas suelen funcionar así, recogen a cada uno en su hostel/hotel. Lo cual es cómodo pero si te recogen al principio te tiras una hora en el colectivo recorriendo los hoteles de la ciudad.

A mi lado se sentó Leticia. Al principio no hablábamos, con el madrugón no estás muy despejada y dormitas hasta una hora decente en que ya eres persona. Después de la primera parada ya empezamos a hablar, nos presentamos y nos contamos de nuestros viajes. Resultó ser una compañera estupenda. Viaja sola, la primera chica argentina que me encuentro viajando así. Es su primer viaje sola de pero tiene madera de viajera! Congeniamos mucho.

Durante el recorrido me llamo mucho la atención encontrar cactus en unas montañas tan verdes y frondosas. Mirad. Nos dice la guía que es por la altura.

  

 

Yo pedí una foto a unos chicos de la otra furgoneta que conocí ayer por Salta y mirad la foto que me hacen. Es que de verdad, los que me conocéis viajando y me sufrís 😉 ya sabéis lo pesada que soy con lo que quiero que salga en la foto y lo que no. Esto se ve que es para castigarme un poquito, no?. De verdad que a la gente le gustan las fotos así? Se ve que en la explicación que le di se me olvidó decirle que no me sacara el culete del japonés ;-)!

Hicimos una parada espectacular en la cuesta del Obispo. Aunque con nubes, el paisaje era imponente.

 

Hicimos otra parada en el Parque Nacional Los Cardones. Porque aquí los cactus se llaman cardones y son un tipo de cactus de gran altura. Aunque este viaje he visto muchos, y también vi cuando estuvimos en el Desierto de Mojave, en California, no me cansan y me siguen fascinando, el mismo efecto que mis queridas palmeras de Sri Lanka.

En frente de la extensión de cardones teníamos un monte espectacular, me recordaba a la visión del Hornocal, el colorido diverso de la roca era increíble.

 

Paramos a comer ya en Cachí. Los guías siempre intentan enfocarte hacia un restaurante, dicen que habían reservado para todos, que estaba muy bien, etc, etc. Miramos la carta y no era barato precisamente, así que Leticia y yo decidimos pasar y buscar algo por el pueblo. Encontramos enseguida un sitio perfecto, un restaurante local más que sencillo, donde por unos 18 pesos tenía un guiso, una sopa y luego fruta. Probé el guiso que veis más abajo, llenaba muchísimo, estaba bueno pero demasiado abundante. Luego te ponen la sopa, es curioso que aquí lo hacen al revés que en España. La sopa después del plato. Y de postre sandía. Luego paseamos por el bonito pueblo de Cachí y nos hicimos nuestras fotos.

        

De vuelta a Salta en la minivan, dormimos una larga siesta. Cualquier medio de transporte por aquí es más cómodo que una minivan, porque el espacio en estas es mínimo y la nuestra no tenía ni cortinas. Por supuesto que los colectivos públicos por muy viejitos que sean son mucho más cómodos y estables, yo prefiero no apuntarme a excursiones organizadas pero a veces tienes poco tiempo en un lugar y si quieres visitar varios sitios no hay otra opción.

Al llegar a Salta me fui con Leticia a recorrer unos puestecitos de artesania que habían instalado en el parque de San Martín. Ella quería llevar algo a sus hermanos y sus padres y fue super rápida con las compras!. Aunque yo no estaba muy predispuesta al consumo, compré una boina de lana de llama y unas polainas auténticas, todo con la excusa de combatir el frío del sur 😉

Compré unas empanadas para la noche en el bus hacia Córdoba, me despedí de Leticia, nos dimos un abrazo y tomamos una última foto. Sólo un hasta luego, como ella vive muy cerca de Buenos Aires quedamos en vernos de nuevo en la capital. Una amiga más en tierras argentinas! Una persona entrañable! Espero que algún día venga a visitarme a España, su abuela era de aquí, y le hizo gracia cuando pregunté en el sitio donde comimos dónde estaban los servicios. Aquí no me entienden. Ella dice que su abuela siempre lo dijo así.

A las 21 horas cojo mi bus a Córdoba, dejo el norte que me ha sorprendido gratamente. Le debo a mia miga Gloria quizás mi visita al norte pues ella me habló de este lugar tan poco frecuentado por los paquetes turísticos, que me ha encantado y donde tanta gente estupenda he conocido.

Pero ahí no acaba todo porque mi compañero de viaje hasta Cordoba fue Clamen. Qué hombre! Pero esto ya lo cuento en el siguiente post, viajer@s …