Madrugué para ver el amanecer en estas costas. Así empezaba mi día con destino a Bazaruto.
Preguntando a la mujer que trabajaba en la limpieza de la guest-house me relajé. Me dijo que no me preocupara, se ve que muchos días empiezan al más puro estilo londinense pero se abre el cielo a mitad de mañana. A veces, si no siempre, la sabiduría popular es una gran aliada. Sigue leyendo