Dos veces estuve en Maputo, bueno tres para ser exactos, pero dos de ellas pasé el día allí. La ciudad me pareció agradable y llena de vida. Como me habían advertido, es una de las capitales más interesantes del sur de África. Las impersonales Windhoek y Gaborone hacen hasta interesante Harare, y al lado de todas éstas Maputo es una ciudad con encanto.
La primera vez fui en coche con Pepe y Andrés, a comer a casa de unos amigos de Pepe. Me fascinaron esos grandes bloques de hormigón sin encanto pero con personalidad esparcidos por el aire, rodeados de bajas edificaciones y vestidos con esos enormes y coloridos anuncios en sus medianeras.
La segunda escapada fue a pasar el día y me llevé a Chico y a Marcelo. Se lo propuse y ellos inmediatamente dijeron que sí. Antes del sí yo ya sabía que aceptaban, el brillo de sus grandes ojos los delataba. Sigue leyendo