El encuentro con los rapaces
El refectorio (un primer ejemplo de palabra que no usamos en español y que se emplea en portugués) es un lugar estoico. Dos grupos de mesas en forma de L y sillas básicas alrededor, los cerramientos con ventanas techo y puerta. No hay nada más en este local, bueno sí un pequeño cuadro con motivos religiosos al fondo, en lo alto.
En la cena era la nueva y la única chica. Todos miraban curiosos, con risas y cierta timidez. Pepe me presentó y le dijo a Chico (abreviatura de Francisco), que con 10 años es uno de los pequeños del LAR, si se podía hacer cargo de enseñarme Matola. Él dijo muy bajito y deslizando la mirada que sí. Me pareció una estupenda idea. Chico nos tiene prendados a Andrés y a mí, es un tímido encantador.