Seguía mi recorrido hacia el norte. Para hacer noche en Pemba tenía que coger la primera combi que salía de Ilha, y eso significaba de nuevo madrugar. A las 3:30 me recogían en la puerta de Ruby y comenzamos a dar vueltas, por lo menos 1 hora, hasta que se acabó de completar. Aun de noche salíamos de lha y ya de día me dejaban en el cruce de Monapo, donde pasaban los buses a Pemba. Allí me soltaron en un cruce de carreteras. Enseguida me orientaron y me tuve que desplazar hasta donde había un grupo de personas, al decirme que iban a Pemba me pegué a ellas. La estrategia es siempre la misma, como nunca hay indicaciones de los lugares de parada del transporte público, al llegar al supuesto punto intento preguntar a alguien si va al mismo lugar que yo, y si es así me pego a rueda ;-). No hace falta decirles nada más. E.llos ya se encargan de avisarme de cuando viene y demás. El bus a Pemba no tardó mucho en llegar y afortunadamente encontré sitio. Al poco de subir me ofrecí para coger una niña que estaba con su madre y su hermano pequeño en el pasillo. La madre tomó a la cría de un brazo y la levantó por los aires hasta que alcanzó mi asiento. Después de sentarse, la niña, lo primero que hizo fue sonreírme. Al poco rato se durmió.
Paseando por Pemba, capital de Cabo Delgado
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