Me levanté temprano. Parece que solo sé madrugar ;-)! Ducha, desayuno y en marcha a las cataratas. Se pueden alcanzar andando, están aproximadamente a 1 kilómetro de la ciudad. Así que me dispuse a pasear.
Al entrada es abusiva, 30 $ para los no residentes, 10 $ para los locales. Esta noche hay además circuito nocturno porque hay luna llena, pero al coste de unos sangrantes 40 $. Para mí ya se ha acabado la visita nocturna ;-).
Las cataratas, mejor dicho el río Zambezi es la frontera natural entre Zambia y Zimbabue. Son visitables ambos lados, pagando los correspondientes visados al cruzar y las suculentas entradas. Por tanto la mayoría de los viajeros eligen un lado en función de su itinerario de viaje. Cada parte tiene su encanto, en el lado de Zambia te puedes bañar en las pozas que hay antes de la catarata. De hecho desde mi lado veo a gente en bañador. En una de las fotos de abajo podéis apreciar a gente caminando por el borde.
Pero el lado Zambiano no tiene la panorámica del Zimbabues, que es donde me encuentro. Avanzando desde la estatua de Livingstone, las primeras vistas son magníficas pero llenas de niebla de agua. Refrescante pero no hay claridad de las cataratas. Esperas que no sea todo el tiempo así porque es imposible apreciar la totalidad del salto.
Inevitablemente comparo con Iguazú. En algo más de 6 meses he tenido la suerte de poder admirar estas dos maravillas naturales. Iguazú es inigualable, por su descomunal magnitud, por su amplitud, por sus diversas vistas, por su paisaje tropical…
Las Victoria no son tan enormes y quizás merman si visitas primero Iguazú, pero tienen algo que en Iguazú es inalcanzable: la intimidad. Nada entre las cataratas y tú. Sobre las 9:30 horas apenas hay turistas y me puedo parar sola en los miradores. Pasa la gente justa para pedir a alguno de los que se acercan que me haga alguna foto.
En uno de los miradores tengo una roca esperándome y me siento con calma a admirar el grandioso salto. Cubro la cámara con una bolsa de plástico, llueve agua del imponente salto, una gozada! Pasa el tiempo y sigo ahí…
Coincido con dos chicas sudanesas, Hiba y Dalia. Hiba vive en Harare, y Dalia, su amiga, en Sudán y ha venido 15 días a visitarla. Al principio solo nos pedimos fotos unas a las otras, pero vamos coincidiendo en varios puntos y vamos charlando hasta acabar juntas el recorrido. Son majísimas! Hiba me da información útil de Harare y su teléfono por si tengo algún problema. Se alojan en el hotel Kingdom, lo de más alto nivel que hay en Vicfalls, lo contrario a Shoestring, mi guest-house ;-).
Al salir de las cataratas pregunto en recepción como llegar al Big Tree, un viejo baobab que la guía recomienda visitar. Un chico me informa que o cojo un taxi por 10 $ o voy caminando entre 20-30 minutos. Hace un sol de justicia pero decido andar, cruzo la carretera para comprar agua en un puestecito y al comenzar el camino me para un coche y me dice que si voy al baobab. Resulta que era el chico de la recepción que me había informado de cómo llegar. Me dice que acaba el turno y que me lleva, así que no le hago ascos. El chico es muy majo y se espera a que haga una foto. Luego me deja muy cerca de la calle principal de Vicfalls.
Una mañana completa! Ahora a comer y a buscar una wi-fi para seguir contándoos…
Parece que las cataratas llevan poca agua ¿ es por falta de lluvias?
Las fotos son espléndidas.
Eres muy afortunada,has podido ver en poco tiempo dos de las cataratas más importantes del mundo.
Digo yo que será porque ahora no es la temporada de lluvias, la verdad es que no llevan demasiada agua, pero siguen siendo preciosas.
Si, si, muy afortunada, a veces no lo creo. bss