Quizás sea mejor visitar Ibo antes que Ilha Moçambique, y si no es posible al menos debe no esperarse nada igual a Ilha. A primera vista Ibo puede parecer pelado, desperdigado y seco pero dándole una oportunidad te ofrece recogimiento y paz, y unas vistas únicas pobladas de manglares, palmeras, aguas cristalinas, viejos barcos de vela (los dhows)…Y sobre todo historia y cultura….
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Travesía a Quirimbas Archipiélago
Igualando algún otro de los ya habituales madrugones, a las 3:40 estaba saliendo del Residencial Lys para acudir a la parada por donde pasaban las chapas para Quirimbas. Realmente la chapa llega hasta Tandanhangue, donde esperan los barcos para cruzar a Ibo, la isla base del Archipiélago de las Quirimbas, y a donde vamos. En la parada sólo estaba el guardia de seguridad de la tienda de la esquina, pero aunque de noche la calle no estaba desierta. Se intuía un tranquilo despertar de la ciudad. Como siempre, pregunto, y el guardia me confirma que aquí es el lugar y que en breve llegarán. Y así es!. Pero lo que lleva es un camioncillo con la parte de atrás al aire aunque techada y con dos líneas de bancos de madera. Uff, un viajecito de unas 5 o 6 horas, así no sé, no sé… Parece que adivinan el pensamiento porque el cobrador (por fin salió el nombre para esa figura) me dijo que podía ir al frente, junto al conductor. Poco después subió Ester, que se sentó a mi lado. Resulta que ella es de Ibo y entonces vamos juntas hasta el final. Las dos la mar de contentas 😉
Paseando por Pemba, capital de Cabo Delgado
Seguía mi recorrido hacia el norte. Para hacer noche en Pemba tenía que coger la primera combi que salía de Ilha, y eso significaba de nuevo madrugar. A las 3:30 me recogían en la puerta de Ruby y comenzamos a dar vueltas, por lo menos 1 hora, hasta que se acabó de completar. Aun de noche salíamos de lha y ya de día me dejaban en el cruce de Monapo, donde pasaban los buses a Pemba. Allí me soltaron en un cruce de carreteras. Enseguida me orientaron y me tuve que desplazar hasta donde había un grupo de personas, al decirme que iban a Pemba me pegué a ellas. La estrategia es siempre la misma, como nunca hay indicaciones de los lugares de parada del transporte público, al llegar al supuesto punto intento preguntar a alguien si va al mismo lugar que yo, y si es así me pego a rueda ;-). No hace falta decirles nada más. E.llos ya se encargan de avisarme de cuando viene y demás. El bus a Pemba no tardó mucho en llegar y afortunadamente encontré sitio. Al poco de subir me ofrecí para coger una niña que estaba con su madre y su hermano pequeño en el pasillo. La madre tomó a la cría de un brazo y la levantó por los aires hasta que alcanzó mi asiento. Después de sentarse, la niña, lo primero que hizo fue sonreírme. Al poco rato se durmió.
Detalles de Ilha pendientes
Son ilimitadas las fotos a que invita Ilha, son mil los detalles de este lugar único….
Sobre estas líneas la que bautizo como «Mujer con capulana» y que me encanta. La tomé desde el coche de Clair y todavía me sorprendo con la instantánea. La capulana es una pieza de tela empleada aquí para múltiples usos: como falda (aunque se la ponen encima de otra falda), para recoger o cubrir el cabello, cobertor de muebles, a modo de mochila para transportar niños a la espalda…todo un invento.y siempre colorido y favorecedor a rabiar. Sigue leyendo
Bajo los efectos de Ilha…
Fortaleza de São Sebastião
Ubicada en el norte de la isla, la fortaleza es una construcción imponente, por fuera y por dentro. Según leo es el más antiguo de los fuertes que actualmente se mantienen íntegros en el África Subsahariana. Su construcción se inició en 1558 y las últimas piedras fueron ubicadas 50 años después. Una pequeña capilla se emplaza más allá del fuerte y tocando el mar: La Capilla de Nuestra Señora de Baluarte, que construida en 1552 es considerada la más antigua de las edificaciones europeas en el sur del hemisferio y uno de los ejemplos de arquitectura Manuelina (variación portuguesa del estilo gótico final y del arte luso-morisco o mudéjar desarrollada en el reinado de Manuel I de Portugal (1495-1521)) en Mozambique La fortaleza tuvo un papel muy importante en la defensa de la isla y en el comercio de esclavos, pues aquí los «almacenaban» hasta embarcarlos a los distintos puntos de destino.
El fascinante abandono de Ilha de Moçambique
De Nampula a Ilha
Por una vez descanso de transporte público. Anoche, cuando después del viaje en tren llegué a Ruby Nampula, una guest-house monísima en la impersonal Nampula, coincidí en el dormitorio con Karen y con Claire. La primera es belga pero dejó junto con su marido Bélgica hace 8 años para vivir en Mozambique y ni se plantea volver a Europa. Hablamos de cuan diferente en cuanto a dimensión humana son estos dos mundos. Claire, es francesa pero vive en Londres y resulta que ha alquilado un coche con conductor local (que se llama Marzo) para aprovechar bien los únicos dos días que estará por el norte de Mozambique. Quiere escalar el monte Gurué, pero antes quiere dar una vuelta por Ilha de Moçambique, así que me invita a ir con ellos. A las 8 a.m. partimos y llegamos a Ilha sobre las 10 a.m, un recorrido que con chapa puede costar 4 horas. El coche está hiperlimpio y tengo todo el asiento de atrás para mi sola. No doy crédito. Cuando entramos en Ilha incluso no me siento cómoda, paseando por sus calles en el, para mi, ostentoso coche.
El tren de la vida llega a Nampula
Hoy ha sido un día fantástico. Empecé con un poco de disgusto por no haber cogido 3ª clase y haberme decantado por un billete de 2ª clase para el trayecto de Cuamba a Nampula. En condiciones normales hubiera ido directa a 3ª pero llevo dos días de transportes durillos y la verdad no me podía arriesgar a pasar las 10 horas de viaje de pie, o perderme el paisaje, así que pagué los 400 Meticals de 2º clase en lugar de los 160 Mt de la 3ª. Al llegar a la estación a las 4 a.m. fui de las primeras, hubiera podido elegir asiento en 3ª, y por lo que observé al subir al tren era muy decente, nada que ver con la Economic Class del Ferry a Mozambique (prácticamente todos tienen asiento). Así que rabié un poco, pero se me pasó pronto. Viendo en positivo, como iba a estar más tranquila y cómoda aprovecharía para dormir y estudiar portugués.
Dudosa entrada en Mozambique
De nuevo en Ilala
Cambié de compañeros. Ahora de día, menos trastos y personas, el barco parecía otro. Hasta lo estaban barriendo. La gente de mi banco muy maja, ningún blanco a la vista.
Hablé con el del despacho de billetes y me dijo que no tenían dólares pero que no me preocupara, que buscaría a otro pasajero que pudiera cambiarme.
Yo por mi cuenta también pregunté a pasajeros, solo con los de primera y segunda clase podrían tener opción a cambio, los de economic class iban todos a Malawi.