Mi jornada en Old Age

Mi jornada de trabajo empieza sobre las 8 -8:30 horas, así que desayuno con Jose Luís en el seminario sobre las 7:15 horas. Allí, ahora mismo, además de Jose Luís (aquí más conocido como, father Luis y a mi derecha en la foto) viven otros dos curas: el padre Jimmu (a mi izquierda) y el obispo retirado Pius Ncubi. El resto está desierto mientras los seminaristas disfrutan sus vacaciones.

A veces coincidimos los cuatro en el desayuno. El padre Jimmu es muy callado aunque poco a poco se va cogiendo confianza, y el obispo (como le llaman aquí) es muy hablador. Es muy crítico con la situación de su país y cuenta indignado todo lo que no está haciendo este gobierno por su pueblo.

Jose Luís me deja en el Old Age Home y yo me planto mi superdelantal y me pongo a la faena. Camas, cristales, mocho… Algunos se hacen la cama, la verdad que sorprendentemente son muy autónomos. Prácticamente todo lo hacen solos, a excepción de Domingo que es ciego y tiene dificultades para andar, y por tanto hay que guiarlo hasta el baño. En la cama de Kasoya me encuentro hojas de tabaco esparcido por las sábanas y debajo de la almohada dos bolsas de tabaco. Algunos tienen devoción por este vicio. Luego algún que otro pis muy puntualmente. Aquí no hay para pagar paquetes, así que se las arreglan con un plástico bajo la sábana en las camas de aquellos que sufren incontinencia. Los orinales no tienen desperdicio, son caseros y tienen su asa y todo.

Mientras trabajo paro hablo con ellos. Paolo es estupendo, calcula que tiene 83 años, lleva 11 aquí, una barbaridad, está muy bien cuidado pero él dice que su cuerpo no le responde, que no vale para nada y que quiere ya irse al cielo. Yo creo que sonríe demasiado para irse, aunque él mismo y Sister Steria me dicen que tiene bruscos cambios de humor. Por lo que me dice ha tenido hijos con algunas mujeres pero ni los conoce. Debe haber sido un vividor toda su vida y al final se ha quedado solo. Solo hasta llegar a Old Age, ya que aquí nadie sufre de soledad.

Por muchas zapatillas asoman dedos, las ropas son viejas y a veces conviven con algún rastro de suciedad, nada grave. Aunque se cambian y en la casa hay una superlavadora que funciona a todo trapo, son 23 badalas y muchas comidas, habitaciones, zonas comunes, etc. Es mucho trabajo! 10 trabajadores se hacen cargo de todo, 180 $ cobra cada uno al mes, los responsables 200 $. En total un gasto de 2.000 $ para cubrir los salarios de los trabajadores. El Gobierno de Zimbabwe ha decidido desde hace poco contribuir con la ínfima cantidad de 15 $ por badala al mes. En total 345 $. El resto: la bendición de las aportaciones.

Alrededor de las 10 horas es el tea time y paramos para tomar café o te. Charlo con los trabajadores, me cuentan cosas de su vida y sobretodo me preguntan. Rita tiene dos niños. Me dice que la escuela no es gratuita, a pesar de que pagan unos nada despreciables impuestos. Sus hijos pagan al trimestre unos 45 $. Masiziba me intenta enseñar ndebele, me apunta algunas palabras en mi cuaderno, si no no hay manera de retenerlas.

Luego vuelta al trabajo, al rato ya están preparando el lunch de los badalas, sobre las 12:00 horas. Maguire es el encargado de servir la comida desde la barra de la cocina a las mesas. Mirad que sonrisa consigo sacarle, pues al principio se ponen serios para las fotos.

A las 12:30 es nuestra hora de comer y descansar. Los trabajadores van a su casa y vuelven a las 15 horas, a excepción de uno que se queda. Yo me voy con Rosa y Sister Steria a su casa, viven a 5 minutos caminando. Viven con dos heramanas más en una casa cuquísima. Y tienen un huerto precioso Todo lo que veis detrás de Sister Steria son mangos.

Como cocinan las Sisters! Unos días arroz, otros sazda, acompañada con chemoulier, ternera, pollo, con unas salsas buenísimas. A veces hasta hay helado y natillas. Después de la comida, recogemos la mesa, a mi me dejan encargarme de secar la fregada. Tras dejar la comida perfecta acorde con la casa impecable, una pequeña oración y a descansar. Yo duermo un poco de siesta en el sofá o me pongo con portátil y charro un rato con Rosa. Me cuenta cosas de su vida, resulta que su madre tuvo trillizos hace 75 años. Parece que fue un gran hito en Burgos, su ciudad natal. Vino a Zimbabwe por 6 meses y lleva 25 años.

Tras el descanso vuelta al Old Age para la jornada vespertina. Yo por la tarde no trabajo y me dedico a estar con los badalas. Ellos se mueven buscando el sol. Cuando deja de dar en su patio salen a la parte delantera de la casa y hacen reunión. A veces hablan, otras bromean, otras están tranquilos, pero siempre es interesante observarlos.

Sobre las 17 horas me recoge Jose Luís y nos vamos hacia el seminario. Por la noche cenamos en la residencia de los Maristas. La cena es a las 18:30, hora de la merienda en España ;-). Ya es de noche a esas horas y los curas se levantan temprano, pues la misa matinal en el convento es a las 6: 30 horas. Como os comenté, el seminario está a 5 kilómetros de la carretera de Dete. A menos de 1 kilómetro del seminario, un poco más abajo, está el Convento de las Sisters y la escuela y residencia de los Maristas. Esta escuela-internado es un  gran complejo. Los sacerdotes del seminario tienen acordado con los hermanos Maristas la comida y la cena.

La cena también está buenísima siempre, tienen un cocinero que es una maravilla, no me canso de decírselo. Tras la cena Jose Luís y yo nos plantamos con nuestros portátiles en plena calle, cerca del edificio de la computer room que tiene wi-fi y que a esas horas está cerrado. Apoyamos los ordenadores en un banco elevado y de pie navegamos aproximadamente una hora. Luego al seminario y descansar.

Así transcurre mi tranquila vida en Dete…

2 pensamientos en “Mi jornada en Old Age

  1. Uau!!! Quina experiència, sobre tot això de sopar a l’hora de berenar!! 😛 Ara seriosament, quina passada de canvis d’experiències que fas entre viatge i viatge!!! Et deuen quedar ja poques coses noves que provar!! Genial la foto del somriure de Maguire :-)

    • Sí, estimat Gregori, ha sigut un gran viatge. Tan intens que jo sent que una vida més que a la resta dels mortals m’ha sigut oferida.
      Els somriures eren constants i sempre t’arriben a l’ànima 😉
      bsss

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