Tras la noche en Palmwag seguíamos nuestro recorrido hacia el norte. Nos adentrábamos en el Kaokoveld y nuestro destino era Opuwo, donde íbamos a visitar las aldeas Himbas y desde donde estableceríamos nuestra base para subir hasta Epupa Falls.
El paisaje cambia, y aunque muy muy seco y prácticamente desértico, ahora nos encontrábamos con árboles de un tono rojizo volteando al marrón y al amarillo. Y durante kilómetro y kilómetros sin verjas, todo un hito, ya que prácticamente en todos los trayectos realizados nos hemos con vallas que separaban las carreteras del resto del paisaje.
Se nos ocurrió hacer el viaje con las ventanas abiertas, casi todo fue por pista y era más que polvorienta. Yo iba sentada al final (hacemos riguroso turno de rotación de asientos en el sentido de las agujas del reloj) y esta vez me tocó en la tercera fila. Cuando hicimos una parada para fotografiad los sorprendes árboles baobab (en la foto y sin hojas) Adela se reía de mi pelo. Yo no era ni consciente y me hicieron una foto para que lo observara. Mirad cómo se me quedó el tocado ;-).
Hicimos una parada en Warmquelle y también en Sesfontein. Warmquelle es un pequeño poblado a los pies de la carretera. Bajé a pasear y entré en lo que hacía las veces de supermercado. Todo enrejado, asustaba un poco ver tanta protección. La gente me miraba, no era normal que pararan turistas por ahí. Yo saludaba y respondían, un chico me dio conversación y enseguida me preguntó si tenía una tablet. Luego estos otros dos chicos también me preguntaron algo y charlamos y se pusieron todos sonrientes cuando les pedí una foto.
La región del Kaokleved es una de las menos desarrolladas del país y es la cuna de la tribu de los Herero. Los Herero constituyen aproximadamente el 7% de la población de Namibia. Se subdividen en varias subtribus, una de ellas es la de los Himba.
Los Himba son un icono de Namibia en cuanto a tribus se refiere. Y una visita a alguna tribu se incluye en casi todos los circuitos turísticos que se precien ;-). Soy crítica con esta gente, ahora veréis por qué. Atraen mucho la atención por ser una tribu seminómada, por su práctica de untarse una pasta rojiza por el cuerpo y su vestimenta más que mínima. Parece que sigan viviendo como lo han hecho desde sus orígenes.
Por contra la elegante y abundante vestimenta de las mujeres Herero, ese largo traje y ese sombrero estrecho y alargado, deriva de la era Victoriana.
Tuvimos que tomar una guía local y luego ir al supermercado para comprar unos presentes con el fin de que nos dejaran los Himbas entrar en su villa. Está todo absolutamente calculado, 60 N$ de comida por cabeza, en total 300 N$. La mujer guía, María (que era Himba pero no vivía como ellos sino en Opuwo) empezó a llenar el carro y al llegar a la caja cuadraban 307 N$.
La cosa es más que comercial, pero cierto es que ahí vamos de cabeza para que no nos lo cuenten ;-). Yo aquí me desdoblo, por una parte me da rabia contribuir a este circo pero por otra tengo que verlo. La guía se embolsó 600 N$ (unos 60 €). No fuimos muy espabilados, e hicimos caso a lo que Aggies nos dijo sin contrastar. Se sumaba que estábamos cansados del viaje, no teníamos mucho tiempo y además hubo un malentendido con el precio.
Al llegar a la aldea entra la guía, comienza el ritual. Entra y habla con un hombre, se ve que a pesar de llenarles la despensa se lo tienen que pensar. Parece que nos dejan entrar. Había un montón de niños, sucios de polvo y mocos los más pequeños. Algunos comían paquetes de gusanitos y papas. Seguro que cuando pueden beben Cocacola.
Los niños visten con ropa pero rota y mugrienta. Los mayores visten con el atuendo Himba.
Aunque no huelen mal (Adela y Paco dicen que cuando vinieron hace 18 años a Namibia y los visitaron el olor era muy desagradable) los Himbas tienen un olor especial debido a la crema que elaboran con mantequilla y unas hierbas y que se untan por todo el cuerpo. Les sirve como protector solar. Hay que acostumbrarse a su fuerte aroma. No se duchan, no tienen agua en sus aldeas, pero solo huelen a su ungüento.
Los hombres se dedican al pastoreo, normalmente tienen rebaños de cabras. Las mujeres se dedican al comercio, a la compra de alimentos y la venta de artesanía. Pero les diferencia de sus antecesores que también viven de los ingresos derivados de los turistas y que compran en el supermercado. En los supermercados de Opuwo te las encuentras en la cola o con un carrito, y casi todas llevan a un bebé a la espalda. Es una visión más que curiosa, la fusión del nomadismo y la modernidad.
Una de las chicas nos enseñó una choza y por dentro se veía muy compacta y hasta aseada. La chica empezó a abrir unos potingues y se untó de crema roja. Me ofreció ponerme y le presté mi brazo.
De repente empezaron a aparecer un montón de mujeres Himbas e hicieron un círculo, al poco empezaron a sacar sus bolsas y exponer sus pulseras y collares para que procediéramos a la compra. Pocos turistas para tanta venta!
La chica que me puso la crema roja luego me llamaba para que le comprara a ella las pulseras, pero la que me gustaba era cara y acabé comprando a otra Himba una más económica. Pues la chica me miraba con una cara de odio tremenda, como transmitiéndome su profundo malestar. Menudo cabreo y mala leche! Alucino! Esta gente sonríe poco, incluso siendo sus “clientes”, a veces costaba arrancar una sonrisa a las mujeres. Son duros y además matan con la mirada. No me convencen, no se les ve alegres ni amables. Parece que hacen su trabajo y punto.
Una de las mujeres cocinaba, estaban preparando una sima que es una especie de pasta que hacen con harina y agua. Un alimento más que básico. Esa era la cena, hoy no había carne.
Luego nos indicaron que tenían una danza típica y nos ofrecían que nos quedáramos a verla, siempre, claro, por un módico precio ;-). De forma amable, declinamos la invitación.
Por la noche tuvimos barbacoa. La carne muy buena acompañada de arroz y una salsa.
La verdad es que siempre nos lo comemos todo, pase lo que pase, incidente o no, a la hora de comer no nos dejamos ni las migas ;-). Todo hay que decirlo, tenemos suerte con los guías en cuanto a la cocina se refiere.
Imaginaros el trabajo de esta gente, todo el día conduciendo, unas panzadas tremendas al volante. Cuando paramos para pernoctar se ponen a preparar la cena que lleva horas con el pequeño lumi gas o con fuego. Y luego a aguantar los cabreos que cogemos por la mala organización. Todo por seguramente muy poco dinero.
En fin, somos unos afortunados…
Hola guapa!qué alegría volver a saber de tí viajera!! qué curiosa la cultura Himba…como bien dices, «aprovechando» su pasado para su prosperidad…como siempre, el dinero y el afán por tener más en todos los lugares se hace presente!Aún así, merece la pena conocerlos, y dejar un poco de lado lo demás. Sigue disfrutando y mostrándonos tus fotos, son increibles!Un beso!Take care!
Gracias María! cómo me acompañas 😉 1 fuerte abrazo
Me da mucha pena esta especie de muestrario o circo
de los himbas.Les estan acostumbrando a vivir sin dar golpe,y a no pensar en otras alternativas y todos estaís contribuyendo a que siga siempre igual.Lo siento eso es una verguenza.Espero que tu viaje no tenga otro muestrario de tribus.
Cual es el valor en € de la moneda de Namibia?
Bs.
No te indignes mamá, aunque te entiendo. Si volviera, lo haría de otra forma, y si alguien me pregunta le diría cómo hacerlo
No, creo que no hay más tribus 😉
1 € es algo menos de 10 dólares namibios
muchísimos besos, viajera!!
Ya te enseñaré una foto con un poblado Masai, haciendo sus danzas tribales, y con un móvil al cinto y un reloj casio en la muñeca…..es, efectivamente, un poco descorazonador….pero es lo que hay. Creo que no hemos de dejar de hacernos eco de estas cosas, para que la gente lo sepa….En definitiva, seguro que te quedas al final sólo con lo positivo, con la gran experiencia que estás viviendo….Un abrazote….y sigue contándonos…;-)
Que bueno lo de los Masais, jajaja, si, si, me lo creo todo.
Es un poco triste, si, pero a veces no sabes qué es mejor, que desaparezcan o esto.
Encantada de que me sigas
bss
Hola Guapa,
Muchas gracias por tu gran aporte, me ha ayudado mucho con mi proyecto sobre esta peculiar tribu, vaya que es una ostia… Besos!
Hola Emily
Interesante proyecto! La verdad es impactante conocerlos en muchos sentidos
1abrazo