Patricia me llevó a Tigre. Acertamos con el día, la inundación de anoche en Palermo sirvió para llenar los canales de Tigre, una población a 35 km al norte de BsAs. El delta es la mayor atracción del lugar, por la cantidad de islas que contiene, unas 400 y por lo tropical y majestuoso de su flora y fauna. Bueno, ahora la fauna menos, el nombre del municipio viene de cuando había tigres y jaguares, que como imaginaréis han sido cazados hasta su extinción.
Tomamos un barco para el recorrido, la mejor opción, indudablemente. Es medio salvaje, como me recordaba a Asia, si no fuera por las mansiones en alguna de las islas…era como otros recorridos en barca por el Sudeste asiático. Es tan selvático…Tenemos una guía estupenda en el barco, es encantadora, nos cuenta un montón de cosas y responde encantada a todas las preguntas. Ama este lugar.
Os centro: El río Paraná, el prinicipal protagonista de este Delta, nace entre los estados brasileños de São Paulo, Minas Gerais y Mato Grosso del Sur. Es el segundo río más largo del continente, después del Amazonas. En su recorrido hacia el sur llega a la frontera con Paraguay donde alimenta la presa de Itapui (la más grande del mundo después de la de las Tres Gargantas en China), que suministra electricidad a Brasil y Paraguay. Poco después el río Iguazú, tras descargar con fuerza en las imponentes cataratas, entrega sus aguas al Paraná, que se introduce en territorio argentino para no dejarlo. En Misiones lo vimos pasar delante de la casa de Horacio Quiroga, recordáis viajer@s?. En la zona de Corrientes confluye con el río Paraguay, otro de sus afluentes y finalmente desemboca por este gran delta uniéndose al río Uruguay y formando el estuario del Río de la Plata, que baña las costas de la ciudad de Buenos Aires.
Paraná es el apócope de la expresión para rehe onáva que en idioma guaraní significa «pariente del mar» o «agua que se mezcla con el mar». Sabios guaraníes…
Las islas del Delta deben su existencia a la gran cantidad de sedimento que acarrea el agua del Paraná. En los bancos de sedimento anidan juncos y otras especies que consiguen con sus raíces consolidar las islas. De este modo el Delta avanza y sigue creciendo en número de islas.
Lo que más me atraía era los embarcaderos, en concordancia con el estilo de las casas, casi cada una tenía el suyo, aunque también había alguno público. Estaban superanimados, con gente observando las barcas, tomando el fresco o saltando al agua, esas aguas terrosas…no traslúcidas, pero limpias.
Como habréis observado las viviendas son de madera y se construyen en forma de palafito, elevadas para hacer frente a las crecidas regulares del río. La acristalada es la Casa Museo Sarmiento, protegida así de las inclemencias de la naturaleza y del paso del tiempo. En ella vivió como ex-presidente más de 30 años. El medio de transporte habitual son las lanchas colectivas, aunque también hay canoas, botes de remo, lanchas particulares y lanchas taxi.
Tigre es muy turístico, muchos porteños se acercan a la población los fines de semana y es muy típica la práctica de remo e incluso la navegación a vela en sus aguas.
Además también Tigre es sede del importante Museo de Arte Tigre (al que no puede entrar porque estaba cerrado pero cuyo magnífico porte podéis admirar en la segunda foto del post), el Museo del Mate y el Museo Naval de la Nación, que tampoco visité pero parecían interesantes. El contrapunto al Naval es este cementerio de buques, abandonados en las turbias aguas del estuario….y al parecer consolidados como parte del paisaje. Impactante pero quizás no la mejor visión…
Una vez más este gran país hace gala de su generosa y soberbia naturaleza, Tigre una gran sorpresa y un reencuentro con el trópico…
Después comimos unas estupendas empanadas que había cocinado Patricia y mateamos un rato. Por la tarde fuimos a una exposición de pintura en San Telmo, donde participaba un amigo suyo (ellas es del gremio también, es muy artista) y nos cayeron de nuevo chuzos de punta. Estuvimos atrapadas entre artistas 😉 hasta que amainó y nos decidimos a salir. Patricia me dejó en el hostel, es divina, enrolladísima y argentina hasta la médula. La espero en España.
Por la noche tenía varias opciones y me decanté por buscar el Bar de Roberto, pero no tuve éxito, estaba cerrado, así que no os puedo contar, viajer@s…queda pendiente para nuestra próxima visita a BsAs ;-).