Vagabundeando y haciendo amigos

Todas las mañanas subía a la medina ─Casa del Río está en la medina pero en el extremo este y en la parte baja del pueblo─, cogía mi cámara y subía a perderme un rato, era como una necesidad…

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Plaza Uta-El-Hammam

La siempre concurrida plaza al menos a las horas de más calor es paseable.

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Ras-El-Maa

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En una de mis peregrinaciones cogí dirección hacia la entrada este de la medina, la Bab-el-Ansar (Bab significa puerta) donde se encuentran la Ras-El-Maa (la cabeza del agua), una pequeña cadena de cascadas que también son bien aprovechadas por los habitantes de la villa. Según dice la guía parecen un jardín andalusí, yo no acabo de ver el paralelismo pero es agradable con el calor ver los pequeños aunque escasos saltos de agua. El camino es muy turístico, no hay más que ver la retahíla de pequeños puestos ambulantes que te conducen a ella.

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Una amiga en Xauen

DSC_0449Era la hora de comer y vi un pequeño cuarto que parecía ser un establecimiento de comidas. Dos tipos de sopas componían toda la oferta culinaria, el hombre me recomendó probar la sopa de habas y así hice. Hablaba estupendo castellano y me indicó que la sopa provenía de Andalucía. Fuera había una mesita y me senté. Btissama, una pequeña de 10 años, vino a ofrecerme pan y aunque yo ya tenía, ella me dejo claro que el suyo estaba más tierno. Luego me ofreció el dulce que también vendía, era como leche cuajada con canela por encima. Le dije que al acabar le compraría. Su puesto estaba junto a mi mesa. La sopa estaba hirviendo, y el calor era importante, pero aquí en Marruecos practican beber/comer caliente para quitar el calor y tiene su explicación pues al tomar bebidas calientes en ambiente cálido el organismo reacciona con la sudoración y esta evaporación produce el enfriamiento de la piel y una sensación de frescor. Yo me lo tomé con calma, no me importaba pues era un lugar de paso y con mucha animación. Varios niños jugaban-vendían.

Probé el dulce de Btissama, muy rico, me quedé un ratillo con ella, nos entendíamos por señas, pero a la perfección.

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CSC_0540Ella me dijo que volviera al día siguiente, y así hice… y hubiera seguido haciendo todos mis días en Xauen. Me quedé con la referencia del minarete cercano para poder encontrarla, y al llegar me sentaba a su lado y nos sonreíamos con cada venta que hacía. No sabéis la felicidad que produce este tipo de amigos… Algunos turistas nos miraban curisoso, en muchas ocasiones me saludaban. La niña con su hermosura y su sonrisa no veáis como vendía, al lado otros niños también ofrecían el mismo dulce. Unos turistas comentaban algo sobre un niño y Btissama diciendo: «desde pequeños ya empiezan a sentir la frustración de que una mujer lo vende todo y él no». Yo creo que es la niña más mona de Xauen y además es mi amiga ;-).

La comunidad de Casa del Río

DSC_0281En Casa del Río éramos una comunidad, Jamal el encargado de la casa era un bereber estupendo, un tío tranquilo, siempre sonriente y dispuesto. Su sitio preferido era junto a la puerta de acceso, así me recibió el día que llegué y así pasaba los ratos de descanso con su café y su cigarro. Quedé en inmortalizarlo y lo hice. Mohamed, el dueño, a quien conocimos en nuestro anterior viaje a Marruecos y ahora ya es amigo, el mejor anfitrión, entregado a sus clientes y con la motivación de que nuestro tiempo en Casa del Río no fuera una estancia sino una experiencia. Como huéspedes más continuos estaba una familia de Casablanca, el padre y dos niños y el hermano del padre. Como familia acomodada que eran ocupaban las suites de la casa., con ellos yo hablaba en inglés, día tras día conversando nos contamos parte de nuestra vida. El pequeño, Ghali, de 12 años, era entrañable, aunque se pasaba horas en la recepción jugando con su móvil era gracioso y simpático, y siempre me sonreía y me seguía la conversación. Talia, era una estadounidense con ascendentes armenios que tras trabajar dos años en Israel antes de volver a EEUU ha decidido viajar por Marruecos y el sur de España. Con ella compartí habitación el segundo día. Luego Emmanuelle, un italiano que viaja solo por pirmera vez pero que está hecho para esto porque es «easygoing» total y va haciendo amigos por todas partes, Ethan un neocelandés que vive en Sevilla y no habla español, pero se  lo perdonamos porque se dedica a la fotografía en zonas de conflicto y nos hace flipar con sus historias y sus instantáneas, y luego 3 italianos (Barbara y dos chicos) , que viajan juntos y que son también, como buenos italianos, gente integradora y de un buen rollo increíble. Sin organizarlo, muchas veces comíamos o cenábamos en compañía, luego en la terraza de la casa seguíamos compartiendo conversación y alguna noche Mohamed se arrancó a tocar la guitarra y los demás le seguíamos dando cuenta de algunas letras. Fueron unos días estupendos. El último día los italianos nos prepararon pasta y la disfrutamos en comunidad, porque así es Casa del Río…

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