Improvisado alojamiento en Kasane

El día ha sido agotador. A las 5 h. ya estaba en pie para coger el primer bus a Kasane, que salía de la estación a las 6:30 horas. En realidad el bus va a Francistown pero para en Nata y hay que enlazar el bus que desde Francistown va a Kasane. Me dirijo a Kasane sin ninguna reserva tras intentar encontrar algún aceptable precio por Internet, por teléfono… y no conseguirlo. Los precios de una habitación individual no bajan de los 70 €, y me niego a pagar esto. Me lo gasté en el vuelo escénico 😉 Pienso que una vez allí me buscaré la vida para encontrar algo, incluso alguna persona del lugar que me alquile un espacio en su casa.

El bus era como el cogí para venir desde Gaborone: asientos de tres en un lateral y de dos en el otro. Me siento en los de tres. Tuve la suerte de que se sentará en el mismo asiento que yo Letsile, una chica de Francistown que ha venido a Maun a pasar el fin de semana con su novio. Le invito a galletas y nos ponemos a hablar. Hablamos un poco de todo y le cuento mi problema con Kasane. Enseguida me dice que me va a ayudar, que tiene unos conocidos en Kasane y les llamará en cuanto llegue a la oficina y localice su teléfono. Trabaja para el ejército pero no es combatiente, sino que está en las oficinas. Me pide la guía y mira un camping que conoce en Kasane porque piensa que a lo mejor tienen tiendas. Me dice que cuando paremos en Nata los llama desde su móvil para preguntarles. Yo alucino, todo sin pedirle nada. Le doy las gracias un montón de veces.

Tiene 40 años y tres hijos, dos ya mayores. Me dice que donde están los míos, yo me río y le explico…;-).

Se nos sienta en la misma fila un señor con sombrero tejano. El hombre, curioso, me pregunta cosas y se integra en la conversación.

Bajamos todos en Nata, yo para cambiar de autobús y el resto para 10 minutos de estirar piernas. Al bajar del bus cogí mi mochila y la dejo junto a una señora que me confirma que ahí para el bus a Kasane, porque no hay ninguna indicación de parada. Letsile hace varias llamadas, pero nada, no hay alternativa de interés. Le invito a un refresco, nos damos los datos y nos hacemos una foto de despedida. Quedo en llamarle luego para ver como ha quedado con sus amigos y me despido dando gracias por haberme cruzado con ella.

La señora a la que había dejado la mochila me viene a buscar para decirme que ya tengo transporte para Kasane. Era una pick-up, parece que es un particular que va de camino y que lleva a gente. Varias personas se quieren subir pero la señora me ayuda y el señor del sombrero también hace porque suba yo. Me cobra 60 pulas (unos 7,5 €) y subo con una señora con dos niños detrás, y delante otro chico.

Los niños son una monada: Onneile la niña tiene 3 años y todo el pelo trenzado, y Onthatile 8 es un hombrecito. Se portan de cine, entre los tres ocupan menos sitio que yo y nos se mueven en las más de tres horas de recorrido. Pero son muy callados, la madre también. Nadie habla en el coche, pregunto si alguien conoce algún sitio barato en Kasane pero pronto acaba la conversación sin que me puedan facilitar nada.

Así que me pongo a leer y a ratos a dormir. Doy unas galletas a los niños y luego les hago unas fotos que les divierten mucho. Ya vamos cogiendo confianza. Acercándonos a Kasane, mientras que yo leía, me estira la camisa el niño para indicarme que hay unos elefantes al lado de la carretera. He visto miles pero me sigue emocionando verlos, y lo mismo a ellos.

   Llegamos a Kasane, nos separamos y nos despedimos. Los niños me sonríen ya bastante.

Empieza mi búsqueda. Por una parte tengo que conseguir alojamiento y por otra safari para una noche en Chobe saliendo mañana.

Como en Maun, aquí la actividad gira en torno a la carretera principal, aunque esto mucho más pequeño. Entro en el hotel Waterlily y me dicen que todo completo aunque la habitación son más de 70 €. Me mandan a otro sitio, con una habitación por algo menos de 70 €. Una cucada pero son dos noches, esta y la de la vuelta del safari y es demasiado. Este viaje me está resultando carísimo, nada que ver con viajar por Asia. Para cualquier actividad dentro de un parque natural hay que contratar un safari y eso cuesta dinero. Estos países no son baratos, los alojamientos más baratos, dormitorio con baño fuera, no bajan de 12 €, lo cual no es caro pero no es comparable con los 4 € que tantas veces he pagado en Asia por una habitación para mi sola con baño dentro.

Sigo buscando, decido jugármela y meterme en un camping a pelo, es decir, sin tienda ni saco de dormir, solo mi saco sábana. Recordaba que en Old  Bridge de Maun tenían una hamaca, eso me vendría de cine para dormir como hice en el viaje a México. Me puede salvar la noche perfectamente ;-). Así que me cojo una combi en la carretera y por 4 pulas (0,5 €) me deja en la puerta de Thebe River Safari. Me doy una vuelta por el camping. Me visualizo durmiendo en algún banco con mi saco sábana y cubierta por mi poca ropa de abrigo y decido seguir adelante con la idea. Si me preguntan por la tienda les digo que la he perdido en el cambio de autobús y que me la mandarán en el siguiente transporte que espero que llegue a la tarde. En fin, me invento cualquier cosa ;-).

Bueno, estaréis flipados con la idea, llamarme tacaña y lo que queráis, y no sin parte de razón ;-). Es difícil de explicar porque no tiro de tarjeta y me meto en un buen lodge con sábanas perfumadas. Sencillamente no entra en mis planes y menos si no es una opción elegida sino obligada. Sabiendo que apenas refresca un poco por la noche y sin animales salvajes cerca, no es una cosa tan descabellada. Recordando mis tiempos de scout, hemos dormido muchas veces al raso, aunque con mejor equipamiento 😉

El caso es que, querid@s viajer@s, sigo teniendo mucha mucha estrella. La chica de la recepción me dice que me acerque a ver una zona de acampada, la número dos. Me acerco y unas chicas negras me saludan. Creo que son los primeros negros que encuentro como turistas. Las saludo y me ayudan a encontrar la zona 2, que es la misma que la suya. Voy a recepción pago y vuelvo a la zona 2. Dejo mi mochila en el suelo y me preparo unos sándwiches. Las chicas me miran y vuelven a saludar, me acerco. Son muy simpáticas, Obie y Linda. Me acercan una silla para que me siente y empezamos a hablar. Les cuento la verdad: no tengo tienda pero como los precios son muy elevados voy a intentar dormir al raso. Pues viajer@s váis a alucinar como yo, porque Obie me dice que no, que ellos me hacen un hueco en la tienda, que manda a su primo a dormir al coche. Yo me quedo muerta, me emociono ante tanta hospitalidad, así, sin más. Les doy mil gracias pero les digo que no, que no quiero molestar, ni puedo permitir que se vaya a dormir alguien al coche para dejarme sitio. Pero insisten y sé que me quedaré con ellas. Lo dicen de corazón. Obie vive en UK, esta casada con un inglés y de vez en cuando viene a su tierra, a Botswana. Linda es su prima. Obie estuvo en España tiempo atrás y la adora. La verdad es que a pesar de lo que últimamente renegamos de nuestro país siempre que viajo me siento más que orgullosa de ser española. Todo el mundo me ofrece una sonrisa cuando digo: de España, o de Spain. Nadie es indiferente, quien ha estado la adora, y quien no añora ir algún día.

El caso es que les dejo mi mochila y me voy a la ciudad a reservar mi safari. La única opción que me cuadra es Kalahari tours, dormiré una noche en Chobe.

Al volver, ya me han hecho un hueco en la tienda con la hija del marido de Obie, una chica sudafricana que comparte sus mantas conmigo. Qué os parece viajer@s? Yo todavía no me lo creo. Me asusta tener tanta suerte, ya sabéis que la vida siempre compensa o descompensa, y yo no puedo pedir más.

En las duchas del camping he coincido con una pareja colombiana, Nora y Eduardo, que han venido a África por 20 días. Dicen que apenas han encontrado gente hablando español. Yo todo lo contrario, me he encontrado a mucha gente. Comentamos nuestras impresiones de Namibia, pues también la han recorrido. Coincidimos en la existencia de un aparheid no declarado. Son majísimos y charlamos un buen rato, les cuento que me han adoptado en el camping una familia estupenda, intercambiamos direcciones de email, pues piensan venir a España (y yo ir algún día a Colombia), y me dicen que les avise sin falta, que ellos también me adoptarán ;-). Estupendo!!

Cenando he conocido a unos holandeses muy majos, que viajan por Botswana en coche. Son los primeros holandeses que me encuentro en África. En Asia siempre he encontrado a muchos. Un país tan pequeño con gran cultura de recorrer mundo. Hablamos un rato sobre viajes y sobre Botswana. También están encantados. Han visto los Big four y les falta el rinoceronte. Van al centro de Botswana en su búsqueda. Todo el mundo dice lo difícil que resulta encontrar un rino. Es absolutamente mimético y se queda quieto, con lo cual es prácticamente imposible distinguirlo.

Pero, querid@s viajer@s, nada iguala mi encuentro con Obie (junto a mi en la primera foto) y mi nueva familia en el camping Thebe River. Yo creo que solo viajando pueden ocurrir estas cosas, viajar te permite descubrir cuanta gente maravillosa hay por el mundo. Mientras os escribo sigo admirando que haya gente que de sin esperar nada a cambio, y además disfrute dando…Una lección de África..Ojalá aprenda de Obie… Magníficas noches, viajer@s….

4 pensamientos en “Improvisado alojamiento en Kasane

  1. Hola guapa, vos sí que no tenés paz, esas vacaciones son un peregrinaje por los mejores paisajes con su fauna, y la gente, que la estrella te guíe como hasta ahora.
    cariños
    Pato

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