Bueno viajer@s, otra experiencia única, el paseo entre pingüinos. No pensaba que los fuera a encontrar este viaje porque es en Punta Tombo donde se suelen ver y allí hay hasta un millón, pero también cientos de turistas ;-). Aquí, en Ushuaia, hay unos pocos que a mi me parecieron más que suficientes. Se hallan en Isla Martillo, a donde se llega navegando por el Canal de Beagle.

Así que al llegar a Ushuaia me encontré con la opción de ver pingüinos. Una alternativa es verlos desde un gran catamarán sin pisar tierra y otra es contratar la excursión a la Estancia Harbenton e Isla Martillo, por un «no módico» precio 😉 y andar junto a ellos.  Está limitado el acceso de personas a la isla, por eso estábamos solos mi grupo de 15 personas y los pingüinos. Mereció la pena, sin duda, aunque el aire era muy muy frío!. No sé cuantas veces en la vida uno puede andar con los pingüinos, así que esta es mi primera, y vosotros conmigo, claro ;-). Os doy algún dato que nos contó nuestra estupenda guía Marcia:

• En esta isla hay principalmente dos tipos de pingüinos, el mayoritario, el pingüino de magallanes, que es blanco y gris, y el pingüino papúa, con el pico y las patas naranjas.
• Son animales sociales, viven siempre en comunidades.
• Son aves que cambiaron sus alas por aletas durante su proceso de adaptación al medio marino. Por tanto no vuelan pero son estupendos nadadores.
• Se alimenta de peces y otros animales acuáticos. 
• Son monógamos por temporada: Si la reproducción es exitosa, es decir, los dos huevos que pone la hembra llegan a buen puerto, suelen repetir pareja.
• Las crías nacen con pelo que van perdiendo en los primeros meses. Crecen muy rápido, de hecho nacieron esta temporada y ya solo las diferencias de la madre por el pelo que tienen las crías.
• Y por cierto, duermen de pié, podéis apreciar alguno con los ojos cerraditos en las fotos. Ponen las aletas junto al cuerpo para mantener el calor corporal.

Pingüinos de magallanes

• En el invierno de aquí, hacia marzo, abandonan la isla y nadan por el Pacífico hasta puerto Madryn. Se tiran casi todo el tiempo en el mar. Son una locura de kilómetros.
• En octubre vuelven a Isla Martillo donde llevan a cabo el proceso de reproducción anual.
• En primer lugar llegan los machos, y localizan los mismos nidos utilizados en la temporada anterior. Los adaptan o completan con ramitas que transportan como veis en una de las fotos de más abajo. Con su pico multiusos!
• Unos días más tarde, llegan las hembras y si les gusta el nido entran, y si no esperan fuera hasta que el macho lo mejora ;-).

Pingüinos papua

Este permanece todo el tiempo en la isla. Son absolutamente minoría. Así como del pingüino de magallanes hay 3.000 parejas reproductivas, del Papúa hay 13 parejas. Son muy gracioso, tienen aire como de despistados.

Pingüino rey o emperador

Fuimos afortunadísimos con esta sorpresa, se trata de una especie que no existe en la isla, pero hace un par de días llegó esta visita inesperada y cuando llegamos todavía no se había ido. Nos dijo la guía que en cualquier momento se va, es cuestión de días, pues está fuera de su habitat, aquí no tiene compañera.

Es una especie endémica de la Antártida, donde se ubican principalmente, y son los pingüinos más grandes que existen con 1,2 m. de altura y unos 35 kilos de peso, por ello su nombre. Estos, al igual que los papua, solo tienen una cría por temporada.

No me digáis que no es precioso, además es un poco show-man porque aunque al principio estaba tumbado, se levantó y nos hizo una exhibición preciosa de diferentes poses. Mirad que maravilla!

 La pingüinera de Isla Martillo

Os dejo con el paseo entre pingüinos, podéis ver nidos con la madre y las crías, procesos de reproducción en vivo, sus nidos, un pingüino nadando en busca de comida posiblemente, pingüinos en pareja, en grupo… de todo pues tomé miles de fotos 😉

Los teníamos tan cerca! fue increíble! A veces se nos cruzaban por el sendero y había que esperar que pasaran. No es que sean peligrosos pero no son tan inofensivos como parecen. Si te miran a un lado y luego al otro es que te están midiendo y pueden atacar a base de picotazos en cualquier momento. Y no es ninguna tontería! Pero en principio parecen retranquilos. Son más que curiosos! Hermosos, no viajer@s 😉 ?