Me levanté a duras penas, yo dejaba Córdoba y el check-out es a la 10 horas. Me iba de excursión a Alta Gracia y por la noche velada nocturna en bus a Mendoza. Así que recogí todo y dejé mis cosas en la terminal. Me despedí de Sarah, me hubiera quedado más con ella, lo hubiéramos seguido pasando muy bien, pero ya tenía muy ruta, y yo soy un poco inflexible en eso, a veces demasiado….;-)
Llegué a Alta Gracia y en información y turismo me informaron de que además de la estancia y la casa del Ché Guevara se podía visitar la casa de Manuel de Falla. Me quedé alucinada! menuda sorpresa, el maestro gaditano se había trasladado a Argentina durante la guerra en España y se había instalado en a la sierra cordobesa porque sufría tuberculosis y este clima era muy recomendable para su salud. Además, la orografía del lugar y las montañas le recordaba a España, a la que añoró hasta el día de su muerte….
Interesante la visita a la estancia, teníamos una guía estupenda. Yo era la única extranjera, los demás todos argentinos. De nuevo encuentro con los jesuitas. En las estancias, ayudados por esclavos, que también compraban, desarrollaron una importante producción agrícola y ganadera. Me llamo la atención el detalle de la compra de esclavos, pero la guía enseguida puntualizó que hay que ubicarse en la época y que la compra de esclavos estaba arraigada en lo más profundo de la sociedad. Era lo habitual proveerse de esclavos para trabajar las tierras.
Los jesuitas introdujeron instrumentos para el cultivo e instalaciones para la molienda. La industria harinera, fue una de las más importantes y desarrollada en la estancia. Para ello se construyó un sistema hidráulico conformado por represas en arroyos cercanos, con el fin de acumular agua que luego era transportada por canales o acequias hacia un dique artificial o Tajamar. La inteligencia de los jesuitas es bien valorada por estas tierras. Hicieron de las estancias unas verdaderas industrias productivas, se autofinanciaban con el comercio de lo que producían.
Me parece apasionante todo lo que tiene que ver con esta Orden. Además de tener como amigos a algunos jesuítas en Valencia, que para mi son sobre todo grandes personas, me parece que su valentía e inteligencia a lo largo de la historia y su propia visión de las directrices de Jesús y la aplicación de sus enseñanzas los hacen únicos, y por ello valorados y criticables. En muchas ocasiones rodeados de polémica, su presencia nunca es indiferente.
Chalet Los Espinillos
El 28 de septiembre de 1939, después de la Guerra Civil Española y en puertas de la Segunda Guerra Mundial, Manuel de Falla se exilió en Argentina, a pesar de los intentos de los gobiernos del general Francisco Franco, que le ofrecían una pensión si regresaba a España. Vivió en su exilio argentino gracias a la ayuda de algunos mecenas y lo hizo de forma tranquila en esta casa en las sierras cordobesas, desde 1942, donde su hermana cuidaba de él, ya que casi siempre estaba enfermo. Falleció el 14 de noviembre de 1946. Sus restos fueron trasladados desde Buenos Aires, hasta su tierra natal, Cádiz.
Se pueden observar objetos personales, libros, mobiliario, vestimentas, vajilla, correspondencia y fotografías, además de partituras manuscritas e impresas. El chalet es un lugar más que tranquilo, el ambiente más que acogedor, con música del compositor en todas las estancias. Está muy bien ambientado, y te traslada fácilmente a la época del autor y a su forma de vida, sencilla y austera. Las vistas a la sierra son increíbles. A lo largo de la visita se siente la nostalgia del autor por esa tierra, nuestra España, a la que no puedo volver a ver con vida.La mujer que atiende la boletería sufre adoración por el autor, da gusto oirla hablar con esa dulzura del genio español. Conoce absolutamente todo, y casi cuando habla de él se le iluminan los ojos….
Una visita inesperada y entrañable, viajer@s!