La Medina de Tetuán: Plaza del Feddan, Bab Ruah y Guersa el Kebira

Patrimonio de la humanidad

La Medina de Tetuán fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en diciembre de 1997 y es, según leo, de todas las medinas de Marruecos, la que ocupa un lugar particular por sus características históricas.

Ayer me perdí pero hoy lo haré con un poco de organización, siguiendo indicaciones del blog de un viajero donde plantea unos itinerarios que parten de las puertas más importantes de la medina y recorre los lugares y rincones más destacables.

Plaza del Feddan y el Palacio Real

A diez pasos de Hotel África nuestra vecina la Plaza del Feddan ─ actualmente Plaza Hassan II y Plaza de España en la época del protectorado─ es una plaza inmensa, presidiéndola se haya el Palacio Real, uno de los tantos palacios de que disponen los monarcas marroquíes en las ciudades más importantes del país, y donde se alojan cuando viajan por esas zonas. Es imponente y majestuoso, por supuesto no visitable. Anteriormente fue el Palacio del Jalifa y la sede de la Alta Comisaría Española en los tiempos de la ocupación. La plaza fue transformada en 1988 perdiendo su aspecto nazarí.

Como coincide que el rey está unos días en Tetuán han cortado la inmensa y diáfana plaza y parte de la avenida Mohamed V que conecta la Plaza del Feddan con la Plaza de Moulay el Mendi, centro del ensanche. Son inaccesibles para peatones y vehículos, con lo cual para acceder a Bab Ruah desde mi casa que está al lado del Palacio, la vuelta es de órdago. Ateniéndose a estrictas razones de seguridad el dispositivo policial es tremendo, hay policías y militares por todas partes, día y noche, esté el rey o haya salido a pasar el día fuera, lo único que da un poco de sentido a todo esto es que al menos crea puestos de trabajo, porque por lo demás, el despliegue es delirante.

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Cuscús en Cafetería La Unión

DSC_0360Como he salido tarde y me espera una tarde intensa perdida por la medina decido probar el cus-cus en Cafetería La Unión, recomendación de Hassan, amigo de Nordine que también está de vacaciones por Tetuán y se aloja en Hotel África. Ha vivido muchos años aquí pero ahora se ha ido a vivir al sur, y como la echa de menos se acerca casi todos los años. Aunque  mi estómago se ha levantado un poco revuelto parece que no va a mayores y me la juego, me apetece tanto el cus-cus que me sienta muy bien. Está buenísmo y el sitio es una plazoleta peatonal atestada de mesitas, en el bar de enfrente todo hombres miran a la gente pasar o a la televisión. Una mujer pide dinero a los que salen de la cafetería, casi todo el mundo le da, claro que ella parece que lo exija, pero la gran mayoría colabora. Me está recordando a algo que he visto en otras partes, es como si para ellos se tratara de “sus pobres”, como si existiera una conexión entre la población y los menesterosos. Para nosotros es diferente, creo que hace tiempo que dejamos de reconocerlos como algo propio, son simplemente  “los pobres” o “pobres” responsabilidad de los de arriba, nosotros parece que poco podemos hacer. Aquí sin embargo les ayudan y les tratan con respeto.

Bab Ruah,

Empecé por Bab Ruah, la puerta del viento, nombre ganado a la sazón de las corrientes del vector que atraviesan la entrada y se adentran en la calle Tarrafin, eminentemente comercial con abundancia de tiendas de joyería y tejidos y cubierta por esas arcadas de madera reconstruidas por la Junta de Andalucía, que aunque se observan nuevas le dan un toque especial, el trazado oscuro y alternado de la sombra encandila.

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DSC_0398A la izquierda enseguida salgo a la plaza de Suq el Hot  (en la foto de la derecha) y atravesando el arco que se abre cual agujero en la muralla se accede fácilmente a la mezquita Yemma Kasba del siglo XV, la más antigua de La Medina, pegada a la casa de Sidi Al Mandari, y muy cerca encuentro la cuca plazoleta de El Usaa, cubierta por una buganvilla, (bajo estas líneas) que según se dice fue lugar de inspiración para pintores y escritores.

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Uno de los que paré por la calle para confirmar que iba por el camino correcto fue Juan. Me contestó en perfecto andaluz y resulta que es de Huelva, hablamos un poco y me contó que lleva 3 años en Tetuán y sin prisa por volver a la península.

Seguí mi camino y me paró un chaval, este sí marroquí, que me empezó a dar conversación y me animó a entrar en un riad (una construcción típica de la medina con un patio central y una fuente) transformado en restaurante. Estaba muy cuidado y era majestuoso, al salir me siguió hablando y me comentó algo sobre una fiesta o zoco bereber que había hoy en Tetuán, se ofreció a enseñármelo,─ya había oído hablar a otra persona sobre eso─ y me dijo que no estaba lejos. Le seguí, craso error, porque fue un buen liante pero no lo supe ver hasta pasado unos minutos. Me falló mi intuición, la verdad que el chaval tenía interesante conversación pero cuando me di cuenta habíamos avanzado bastante y yo luego tenía que volver. Me abren una puerta y aparece una casa bonita, me empujan a entrar y me cierran la puerta. Cuando me doy cuenta estoy en una gran tienda, pero una tienda sin más, nada de zoco bereber ni leches, un engaño en toda regla. Salgo toda enfadada y le digo al chaval que eso es mentir, que menuda forma de tratar a los turistas, en fin me despaché a gusto, pero él no parecía muy afectado.

DSC_0426Como todo se compensa en esta vida la vuelta me sorprendió con unos maravillosos encuentros. Primero me asomé a un arco, hice una foto al callejón, al fondo una niña sentada en un escalón. Ella sonreía y me acerqué, tenía una trenza larga de pelo oscuro y llevaba espardeñas cruzadas sobre los gemelos. Sonreía sin parar y no solo me dejó fografiarla, si no que resultó ser una modelo en potencia. La cría promete en cuanto al posado se refiere yo solo le decía que sonriera, el resto de gestos eran de su cosecha. Injustamente olvidé su nombre pero la bautizaré como la preciosa niña de Ben Marzuk.

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Me encontré otros niños por la calle, la Medina está animada por los pequeños que corretean a sus anchas pues conocen el trazado perfectamente y no hay vehículos ni molestias que les importunen y alteren sus juegos. Además Tetuán es diferente a Xauen. En Xauen unos niños que me encontré por la Medina me pidieron dinero cuando les dije de hacerles unas fotos. Ya no lo volví a intentar. Pero aquí no pedían nada, pues poco acostumbrados a que los turistas se metieran por sus callejuelas, eran simpáticos y abiertos, se ilusionaban con las fotos, y se les iluminaba la cara viendo el resultado de sus lindas caras inmortalizadas en la cámara. A veces me gustaría tener una polaroid, imagino cuan felices serían algunos si pudiera entregarles allí mismo una imagen para el recuerdo. La pequeña de rojo se prestó encantada y luego avisó a sus amigas. Con las personas mayores es diferente, son reacias, por tanto de frente son difíciles de retratar.

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Guersa el Kebira

Logré deshacer lo andado con la ayuda de algún viandante que amablemente me ofrecía orientación, y si era necesario me acompañaba un trecho, y conseguí volver a la plaza de Suq el Hot. Correspondía seguir avanzando por la calle Kasdarin, para  alcanzar la plaza de Guersa el Kebira. ¿Cómo os explico esta plaza?, Cuando atravesé el arco que la introducía algo cambió, no sé bien qué, pero de repente sentí una paz muy grande. Amplia, calma, con su interior casi diáfano y rodeada de puestos textiles, algunos de segunda mano, y antigüedades, te invita a estar, a quedarte. Hace rato que el tiempo se perdió fuera de sus confines…

Me siento en los escalones cercanos a la madraza y mezquita de Lucas y observo… un señor con un carrito se para frente a mi, al poco llega uno y le pide su producto, saca un tazón y le sirve una sopa con algo parecido al arroz, tiene pinta de dulce, el comprador se sienta en los escalones y se lo bebe, le devuelve la taza, el vendedor ambulante la enjuaga y da por limpia y apta para el próximo cliente. Otro pasa vendiendo higos chumbos, muy abundantes en esta pare de Marruecos, los probé por primera vez en Xauen, dulces pero densos. Al rato aparece Juan y me dice que está sentado en el bar de la esquina, el único de la plaza, tomando un te con unas amigas y me invita a unirme. Charlamos y resulta que Juan es amigo de Nordine, el dueño de Hotel África, quedamos que por la noche se pasará a saludarlo.

Visito la madraza, del siglo XVIII y ahora totalmente rehabilitada, actúa como sala de exposiciones. La actual sobre el Islam y elementos de la cultura islámica.

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Al salir un grupo de señores mayores sigue jugando al parchís y a las damas en el bar de la plaza, a la fresca y en familia. Todo sigue tan tranquilo en Guersa el Kebira…

 

4 pensamientos en “La Medina de Tetuán: Plaza del Feddan, Bab Ruah y Guersa el Kebira

  1. Hola Mariluz!!, te sigo también en este viaje, disfruta mucho y cuentanoslo todo!!, ainnsss los higos chumbos me han recordado a mi abuelo que le encantaban. En mi pueblo hay muchos y mi madre ha heredado de mi abuelo el gusto por estos higos, cogerlos y pelarlos ya es otra cosas ;-). A mi en cambio no me gustan nada, un beso guapa!!

  2. Guapa, yo nunca los había probado hasta este viaje, me invitaron a uno ya pelado y me gustó. Aquí los venden en todas partes, no sé cómo los cogerán pero supongo que a las bravas ;-). Me alegra leerte, espero estés muy bien. La peque ya dejando de serlo, supongo. Muchos besos

  3. Aqui estaban el zoco del aceite y el de la car­ne, fue tambien la plaza de las subastas. De hecho, todavia se ve algun subas­tador (dallal) invitando a pujar. Ahora hay comercios de ropa, instrumentos musicales, objetos decorativos, antiguedades, muebles y todo tipo de cachivaches, ademas de algun cafe­tin y el funduq Rahba al-Zayat.

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