Noroeste alpino: Humahuaca

Hoy ha sido un largo día de bus. Desde las 15 horas de ayer hasta las 9:30 horas de hoy he vivido en el bus, apenas ha hecho alguna parada, porque dan de comer dentro, ya os dije que era cama-con servicio.

Al llegar a Salta he decidido que me iba hacía el norte, a Humauaca y luego ya iría bajando. Así que he cogido el bus sobre las 11 horas y 4 horas más de autobús, hacia el norte.

En el bus he coincidido con un argentino que iba viajando hacia el norte para pasar a Bolivia y luego a Perú y Colombia. Un viaje largo sin final, pues dice que buscará trabajo por allí. Se ha cansado de trabajar en La Plata y quiere cambiar ;-).

Durante el viaje ya se puede apreciar el entorno, de hecho el recorrido en bus es paralelo a la Quebrada de Humauaca, una zona con montañas secas y erosionadas que muestras colores diversos en función de los reflejos del sol. Algo único que en un paisaje árido y seco es más espectacular todavía. Lo veis?

Al llegar a Huamaca coincidí con una americana que también andaba buscando hostel. Dimos con la oficina de información y turismo y luego acabamos yendo a un hostel de lo más barato que hemos visto y bien situado “Hostal de Ale Suyay”.

Gilda nos atendió y compartimos habitación con una pareja de jóvenes porteños, que viajarán hasta Perú. Con ellos me iré mañana a una excursión por los alrededores de Humahuaca.

Después de una buena ducha ya era persona y me fui a comer algo rápido. Y luego a pasear por el pueblito. Es muy lindo el lugar, tiene encanto. Hay turistas pero se puede estar. Hay un montón de gente con rasgos indígenas, puestos de artesanía en la zona de la plaza y en las escalinatas hacia el monumento de la independencia. La vista un poco más arriba es espectacular, las montañas en diferentes tonos. Precioso.


Empezaba a hacer fresco y en uno de los puestos divisé unos ponchos de lana que me eclipsaron. Me lo pensé pero finalmente sucumbí. Me gustaban y además me vendrían bien para las noches del norte y los días en el sur. Hablé con Jacinta, la artífice de esas prendas, aquí la tenéis. Negocié un poco, aunque aquí apenas se regatea Jacinta me hizo una pequeña rebaja y yo me llevé el poncho.

Hay un montón de jóvenes argentinos viajando por esta zona. La mayoría van en carpas (como aquí llaman a las tiendas de campaña). En los hostels ofrecen tanto precio por cama en dormitorio o precio de tirar la bolsa, que es una habitación con un suelo para echar aislante y saco de dormir.

Hay que ver como viajan, muchos son estudiantes con muy bajo presupuesto, pero como digo yo, para viajar de backpacker solo hace falta un poquito de dinero. Más importante que el dinero es querer descubrir.. sentir la llamada ;-), y sobre todo….. capacidad de adaptación. No viajer@s?

Casa Horacio Quiroga…. ciao San Ignacio

Esta mañana me fui a la casa De Horacio Quiroga. Está en la otra punta del pueblo, algo más de un kilómetro. No se cuántas cuadras he andado pero ha sido mortal. Hacía un sol de justicia y las sombras escaseaban. Aunque hay árboles, la sombra no va más allá de su proyección al ser casi mediodía.

Pero he tenido mi recompensa, la casa está ubicada en un sitio privilegiado. Observad

Nada más llegar les he pedido permiso a los chicos de la entrada para revivir en una hamaca que había cerca de un ventilador y con vistas al jardín. Y casi no me levanto de lo bien que estaba. La visita comienza con un paseo por un sendero que se abre entre pequeños bambús. Hay varios carteles con retazos sobre la historia del fotográfo-escritor, que aquí es muy admirado porque es el que descubrió los yacimientos arqueológicos de las reducciones después de siglos de abandono y saqueos. Él se quedo prendado de esta tierra y se hizo una casa. La historia de este hombre es todo menos usual, y está salpicada por un montón de tragedias que sin duda marcaron su vida y su estilo literario. Al final del sendero se llega a la explanada donde está la pequeña casa de piedra. Conserva muchos elementos originales y es muy fresca. El jardín salvaje de la pequeña explanada es precioso, y tiene vistas sobre el río Paraná. El escritor eligió bien el lugar. Para volver al pueblo pienso hacer dedo, el camino de arena sin sombra se me hace imposible. Es sofocante el calor, aun así lo prefiero al frío. Pero no hay coches a quien parar, no está transitado este camino. Logro llegar, compro algo para comer y me doy una vuelta por el pueblo. Es un pueblito pequeño, super sencillo, hiper tranquilo, no tiene nada pero tiene algo 😉

Me despido de El Jesuita, de Irma y de Herminia, me quedaría más días, se me ha hecho super corto, pero tengo mucho que recorrer y no me lo pouedo permitir,. Ojalá tuviera más tiempo para reposar en éste, mi hogar en Misiones :-). Hasta siempre chicas!

Recojo todas mis cosas y voy a la terminal a esperar mi bus. Las chicas de la boletería son encantadoras y me dejan sentarme con ellas y nos ponemos a charlar un rato. Además me dicen que me ayudarán a subir los trastos al micro (aquí colectivo o micro es como le llaman al bus) Yo les digo agradecidísima que ni hablar, que yo ya estoy acostumbrada. El bus como he comentado anteriormente es «cama» tenemos una azafata y todo, y aunque no funciona, tienen wi-fi. Jamás había subido en un bus de tanto nivel, si pienso en los de Asia, Dios qué dos mundos!!

Quizás media hora después de arrancar, llega un control de policía que nos para el bus y sube un agente pidiendo documentación. Les pide a los de atrás, todos extranjeros, (no hispanos, yo aquí solo me considero extranjera a medias) y al llegar a mí, me revisa el pasaporte y me dice muy gracioso: Y qué tal, cómo le va el viaje? Por dónde estuvo, en Iguazú? Y ahí se me pone a charlar, que si me gustó, que si tenemos algo parecido en España. Ya le dijo que no, que ni en España ni creo que en ningún otro lugar. Fue grandioso, le dije. Se ríe y se despide…

Por la región de Misiones…

Viajer@s, os voy a hablar de mi paso por la región de Misiones. De entrada ya siento dejar tan pronto San Ignacio Miní. Ahora de camino a Salta en un superbus de lujo os lo cuento 😉

Tras la visita a las cataratas lado argentino llegue a la estación de bus de San Ignacio. El viaje fue estupendo. Iba en la primera fila de un autobús de 2 pisos, una panorámica increíble, largas rectas en la carretera, vegetación verde a veces más selvática, a veces más escueta, pero con ese suelo rojizo y el cielo azul intenso era siempre bellísima!

Además con araucarias en algunos lados de la carretera! Fabulosas! Adoro este árbol, que ya me encontré en Brasil! Es una conífera propia de esta zona, y está en peligro de extinción. Al parecer su madera es muy buena y eso ha provocado un exceso de tala, que ahora se está controlando. Tienen una presencia increíble.

Y luego, con buena compañía! Compartiendo la primera fila una familia argentina: la madre y la hija con el marido de ésta. Eran de Posadas pero la hija y el marido son misioneros en Suecia. Qué gente más maja! A la madre le encantó que fuera española. Estuvo con su marido 6 meses en Europa hace años (él ya falleció) y recuerda todo con gran cariño. Estuvimos hablando un buen rato, nos reímos bastante, les gustaba saber de mi experiencia viajando sola y yo les contaba anécdotas. Venían de Iguazú. La madre, que ya había estado otras veces, decía que casi de forma inexplicable, cada vez que volvía le impactaban más las cataratas. Y yo la puedo entender. Creo que es tan grande que ni siquiera nuestra mente, nuestros recuerdos, son capaces de contener esa magnitud de maravilla. Por muy magnificado que sea el recuerdo, siempre es pequeño frente a la monstruosa presencia de la naturaleza en esos saltos.

Luego el yerno bajó a por refrescos en una parada y directamente me trajo una botellita de agua. Yo súper agradecida, pues nos daba el sol de pleno en nuestro solarium de la primera línea y hacía calor, pero no cambiaba el sitio por nada.

Poco después ya me despedí pues me apeaba y ellos seguían a Posadas, ellos me desearon lo mejor para mi paso por estas tierras.

Al llegar a San Ignacio, la estación está en la carretera y el pueblo al otro lado. Nada más entrar al pueblo encuentro la oficina de información. Me dieron datos sobre hostels y las reducciones cercanas a San Ignacio y decidí ir al hostel “El jesuita”. No era el más barato pero me llamó ;-). Después de caminar un rato con un calor nada despreciable lo alcancé. Y acerté. Tuve que esperar a que llegara Herminia, la chica que lo gestiona. Ha alquilado la casa a los dueños y ella lleva el negocio. Por fuera la casa parece un poco viejita, pero nada más traspasar la puerta me encantó el lugar. Es antiguo pero muy acogedor y limpio. Herminia es una chica entregada a su trabajo, una profesional excelente, muy cercana, y ya una amiga en Misiones ;-). Me muestra el dormitorio, tiene varias camas pero hoy estoy sola, porque hay varias parejas en el hostel, pero unas en tiendas de campaña y otras en las habitaciones dobles. Así que esta es la primera vez que duermo sola desde mi salida de Valencia ;-).

Decido ir a ver el espectáculo nocturno de las ruinas y aunque me gusta y te sitúan en la época, me esperaba otra cosa, es un poco infantil para mi gusto y en absoluto sustituye a la visita de día.

Al día siguiente por la mañana decido ver primero las reducciones del Loreto y Santa Ana y ya por la tarde San Ignacio. Me quedaré una noche más en San Ignacio y cogeré el bus directo a Salta el día siguiente a las 15 horas.

Para ir a Loreto cojo el colectivo en la avenida principal de San Ignacio y me deja a las puertas de las reducciones. Allí me espera Elisabeth, la guía que me hace la visita a mi sola hasta que se incorpora una simpática familia argentina. Elisabeth es estupenda, es muy joven y sabe muchísimo, se nota que le encanta su trabajo. Fue un gusto escucharla, ya se lo dije. Y sobre las reducciones os diré que con su ayuda te trasladas en el tiempo, porque las piedras no es que ayuden precisamente, apenas hay restos, están todavía trabajando en los yacimientos. Lo más sobrecogedor es la selva, la variedad de árboles, lo verde, lo fresco del lugar con el gran calor que hace fuera. La absoluta paz que se respira. Un lugar privilegiado.

Luego me fui a Santa Ana. Cojo el colectivo donde me había dejado y ahora me tiene que dejar en la carretera, donde tengo que esperar al siguiente que vaya en dirección Santa Ana. Finalmente me deja el colectivo a aproximadamente 1,3 kilómetros de las ruinas. Distancia que me tengo que recorrer a pie y a casi 40 º C con un sol de justicia. No pasa ni un solo coche, si pasa uno lo paro y le pregunto en qué dirección va, pero para cuando pasa uno yo ya estoy tocando la entrada.

La reducción de Santa Ana me gustó mucho. Estas reducciones están algo mejor conservadas que las de Loreto. Sobre todo la plaza me pareció espectacular.

La vuelta hasta la parada del colectivo se me hacía dolorosa, pero luego no lo fue tanto. Nos subimos a un autobús de dos pisos ya que por la carretera pasan todos los que van a Iguazú que también paran en San Ignacio.

Cuando por la tarde llego al hostel derrotada por el cansancio y el calor, me encuentro con el dormitorio súper animado. Estaban Víctor (Uruguay) y Nicolás (Alemania) hablando de sus rutas y yo me uno. Más tarde llegó Rosemary, de Rio de Janeiro y también Jeff de Francia. En fin de la tranquilidad a la buena compañía. Después de charlar un rato me tumbo un poco con intención de descansar pero llegar a visitar San Ignacio en la entrada de las 18 horas.

Decisión más que acertada. Nicolás también hizo la visita y tuvimos un guía cañerísimo!, Julio, guaraní y un apasionado de la historia y defensor acérrimo de la cultura indígena. Un hombre visceral, trasparente y divertido. Nos contó un montón de cosas, nos quedábamos todo el grupo escuchándole en silencio.

Y luego las ruinas, casi en la puesta de sol, sin calor, poca gente y con una luz maravillosa, las ruinas estaban perfectas. Estas ya reconstruidas y recreando lo que fueron en su momento de esplendor.

Un tema apasionante el de las reducciones jesuíticas, también conflictivo, por lo novedoso del planteamiento, por los cambios que introdujo para la cultura guaraní, por la época convulsa en que se produjo, por su término, etc.

No sé si muchos recordáis la historia. Mi primer contacto con esta realidad fue “La Misión” que me impactó mucho. Y ahora yo estoy aquí! Os resumo rápidamente:

En 1549 llegaron los jesuítas a América, estableciéndose primero en Brasil y propiciando una evangelización sin armas. No querían imponer una doctrina a la fuerza, sino lograr la aceptación de los guaraníes a través de un dialogo, y el respeto de sus derechos. Iban a trabajar para defenderlos de los abusos a los que se veían expuestos en la nueva sociedad principalmente de los bandeirantes portugueses y los colonizadores españoles que acechaban cazando esclavos.

Durante 150 años, un grupo de sólo 50 a 60 sacerdotes gobernaron a más de 140.000 guaraníes. La planificación del los pueblos se centraba alrededor una gran plaza. Junto a esta , la Iglesia era la construcción mas importante y también había una escuela donde se impartía la formación religiosa y humana. Había una «casa de resguardo» (Cotiguazú) para los huérfanos y viudas, talleres para tallar piedra y madera, fabricar instrumentos de todo tipo, incluso musicales, escuelas de pintura, huertas, ganadería y un cementerio.

La organización se basó en comunidades libres. Cada indio tenia su vida privada familiar y propiedades personales. También habían bienes comunes. 

En 1768 los jesuitas fueron expulsados por orden de Carlos III rey de España. Poco después la vida en las reducciones fue desapareciendo, fueron abandonadas, saqueadas y olvidadas.

Por la noche nos fuimos Nicolás y yo a cenar al Hotel San Ignacio, que estaba súper animado y junto al que había una pista de paddle viejita viejita.

No os he dicho que Nicolás viaja por un año por Sudamérica. Ya sabe que le envidió 😉 Habla español bastante bien y cuando acabe el viaje, hablará sin problemas español y portugués, pues también lo va a aprender ;-). También está escribiendo en un blog, bueno él está un poco perezoso para escribir, no lo tiene muy avanzado, aunque dice que se va aponer en serio. Yo le animo.

Nos llevamos muy bien, y quizás coincidamos en Buenos Aires.

Buenas noches viajer@s…

Iguazú lado argentino

Viajer@s, empezamos la visita por el lado argentino.Tenía 5 horas para recorrer esta parte del parque. Llegamos bien temprano pero ya había mucha gente. El día era espectacular!!

Lo primero que hicimos es dirigirnos hacia la Garganta del Diablo, primero hay un trenecito que te acerca.

El camino hacia la Garganta del Diablo es una pasarela muy larga que hay que recorrer caminando. A continuación tenéis el paisaje que se admira. Un río de anchura ilimitada lleno de vegetación. Precioso! Estas aguas que vemos, en segundos se encuentran saltando al vacío en una caída libre de 80 metros. Con Lorena y Tanis comentábamos: Imagináis una barca que navegara por este río, que parece tan normal, lo que se encuentra en segundos? Inquietante, no?

Después de caminar un buen rato, llegamos a la Garganta, que es lo que abajo os señalo. Vamos a ver si con esta serie de fotos consigo aproximaros, a lo que te encuentras a medida que avanzas hacia el final de la pasarela. El avance es increíble y el final incontable. La Garganta concentra el mayor caudal de las cataratas, que por cierto por si no lo sabéis son las de mayor caudal del mundo. Al principio es un agujero y a medida que te acercas te vas encontrando con el gran salto. 

Y al llegar al mirador ya estás justo enfrente del monstruoso salto de la Garganta del Diablo. Os digo, no es posible estar más cerca, según hacia donde vaya el aire hay momentos que te mojas muchísimo. Es emocionante y la sensación es de «no puedo creerlo, no puede ser verdad lo que tengo delante». Es demasiado impresionante!. La fuerza del agua es espectacular, el sonido sobrecoge, y sientes más que nunca la presencia de la monstruosa naturaleza y la fuerza ilimitada de ésta. No somos nadie, estamos en sus manos absolutamente! Te quedas hipnotizado, no puedes separarte (coincido totalmente con lo que me contaba Toni Rodrigo, hermano de Mariajo y mi peluquero): No necesitas nada más!!. Si no fuera por el montón de turistas que quiere estar en primera línea y hay que ir turnándose, hubiera podido estar allí horas…Es un momento y una sensación únicos!

No sé que pensáis los que habéis estado en este lugar, por favor compartidlo ;-).

Una vez nos pudimos separar de este punto hicimos el recorrido por el paseo inferior del parque. A cada movimiento que das en este lugar irrepetible obtienes una vista distinta, impresionante siempre. No creéis viajeros 😉 ?

Y como despedida un baño en las cataratas!! Cogimos un viaje en barca y nos embarcamos en unos 10 minutos de travesía más que emocionante. Primero nos aproximamos con cámaras y luego nos avisan de que hay que guardarlo todo en las bolsas que nos facilitan y entonces… llega el momento!!!. La barca se acerca tanto a la cataratas que el ruido es ensordecedor, y el agua cae sobre nosotros con fuerza. Por supuesto la barca no entra debajo del salto, simplemente se acerca y la roza, y solo con ello ya es fascinante y te mojas absolutamente. Un bautismo en toda regla y una experiencia difícilmente superable!!

Me despedí corriendo de Lorena y Tanis (tenía que ir a coger mi bus a San Ignacio Mini y ellos tenían un rato). Les deseo lo mejor, un gran viaje por Bolivia, y sobre todo que por favor  encuentren trabajo en Brasil ;-). Se dedican al mundo audivisual, han trabajado en varias películas, les encanta su trabajo, me contaron cosas muy interesantes del mundo del cine, y espero que Brasil les de una oportunidad. Y así, en un tiempo, cuando vuelva al gran Brasil, los pueda visitar ;-).

Y por supuesto hasta siempre Iguazú. (En guaraní «agua grande») Inolvidable, impagable…!!!. Volveremos a encontrarnos? Ojalá!! Espero que seamos capaces de conservarte y respetarte por los siglos de los siglos!!

Hasta la próxima viajer@s!!

 

 

Iguazú lado brasileño

Hola viajer@s!, la llegada a Foç do Iguaçu, después de la jornada nocturna en bus desde Sao Paulo, fue sobre las 11 de la manaña. Mi idea era visitar hoy la parte brasileña del parque de Iguazú y luego dormir en Argentina, en Puerto Iguazú. Así mañana dedicarme a la parte argentina. Por tanto, primero lado brasileño y luego argentino, para mi la ruta lógica, y lo más acertado y lo que recomiendo a todo el mundo cuando se planteen visitar esta maravilla que es Iguazú.

Me daba pena dejar Brasil, había sido breve mi visita, me faltaba recorrer mucho país… pero menos es nada!. De todas formas, con la emoción de Iguazú se me olvidaba que decía adiós al gran Brasil.

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