Bushman’s, el oasis de baobabs

Estoy en un sitio precioso, en pleno parque natural de Liwonge. Es una guest-house totalmente integrada con el entorno. Me esperaba algo bonito a tenor de lo que indica la guía, pero la sorpresa ha sido increíble. Por cosas así se ven compensadas las penurias de algunas partes del viaje, normalmente los transportes ;-). Las habitaciones están esparcidas en cabañas entre los árboles baobab, todo con un gusto exquisito. Naturalmente me intereso por el dueño: Es blanco y aunque nacido en UK, se ha criado en Malawi, y habla perfectamente el Chichewa (el idioma mayoritariamente hablado en el país), según me dicen los trabajadores.

La ruta hoy ha sido salir de Blantyre sin pegarme ningún madrugón y pasar por Zomba, la antigua capital de Malawi (ahora es Lilongwe), y donde a día de hoy todavía hay alguna institución y parte de la Universidad de Malawi. Tenía curiosidad por conocerla. En el trayecto he conocido a Linsay pues hemos cogido la misma combi. Es americana y está trabando en Zomba en un programa de salud. Es muy maja, me ha acompañado a dar una vuelta y me ha enseñado el mercado y algunas calles. Está contenta viviendo aquí. Había viajado mucho y decidió venir a vivir a África, al menos una temporada, pero yo creo que será más, está demasiado a gusto por aquí.

En Zomba me monto en la combi hacia Liwonge y al llegar a la parada de Liwonge tengo que coger una bici para recorrer los 5 kilómetros que quedan para llegar a Bushman’s Baobab. Enseguida se me ofrecen un montón de chicos con bici con la parte de atrás acolchada para llevar pasajeros. Pregunto si no es mucho cargar conmigo y con todo mi petate pero los veo decididos, deben estar acostumbrados a cargar peso. Parece que es un tipo de transporte muy extendido por aquí. Como es normal me piden bastante al principio, pregunto en la gasolinera precio orientativo y la gente más que amable me ayudan y me localizan a un chico que me lleva por 500 Kwachas. Un chaval delgadito y no veáis como tiraba de la bici, aunque me da un poco la paliza recordándome lo lejos que está el sitio… Yo le insisto en que lo sabe desde el principio y que el precio lo puso él, esta vez no regateé. No importa, él sigue dando pena.

En Bushman’s me encuentro esto: Baobabs por todas partes y esas bonitas cabañas con techado de paja… Os digo, no sé como serán los avistamientos en el parque, pero el sitio es espectacular. Estoy emocionada!

 

El alojamiento es muy asequible, pues tienen un dormitorio por 15 $, pero lo que es cara es la cena. Tienen un bufet de 20 $ y sin opción a otro menú o carta. Y no hay restaurantes por la zona. Me lo puedo permitir pero no es apto para backapckers (y además para que engañarnos, soy tacaña con estas cosas, ya me conocéis ;-)). De la comida algunos huéspedes se pueden escapar, se pueden ir a la ciudad, o quedarse de game-drive por el parque, pero la cena sí o sí la haces en el alojamiento. No parece casualidad que sea lo más caro. Yo insisto en alguna otra opción, y me ofrecen el buffet sin entrante ni postre por 10 $. Por la noche tienen lista una mesa alargada, y entonces llega el inglés y anima a todos a sentarse y mezclarse y así comunicarse y conocerse. Y él se va… Huelgan comentarios, le ha faltado proponer el juego de los nombres.

Durante el día, veo a los trabajadores uniformados llevar con bandejas en los hombros, entiendo que la comida para el amo, que vive en una de las cabañas. Me pregunto qué diferencia hay en esto con los tiempos de la colonia. El hombre yo creo que se aburre, a mi no porque ingleses y españoles no nos entendemos demasiado por el tema del acento, pero engancha a unas inglesas que están también en el dormitorio y charra con ellas pero bien. En los dos días que estoy aquí no le visto hacer nada. Él tiene en la cabaña-salón (bajo estas líneas y monísima) una zona ocupada con sus trastos y allí se tumba a leer. Según Spy (el guía del Game Drive) es muy charlatán y bebe. No parece que le tenga mucho aprecio. Porque decimos de los zimbabueses pero los ingleses por aquí tampoco se quedan cortos…

Hay también una atalaya delante de un río y con vistas al lago. Es perfecta para observar el sunset. Mirad una tarde qué espectáculo nos ofrecieron este grupo de elefantes. Durante un rato me quede sola con ellos, fue fascinante, qué cerca los tuve!

Uno de los días coincido en la atalaya con tres holandeses que me cuentan que llevan casi dos años viajando y lo hacen en motocicleta. ¿Qué os parece? Todavía les quedan unos 6 meses y recorrerán el sur de África. Son muy majos, dos de ellos hablan un poco de español. Me dan varias recomendaciones sobre lugares y alojamientos pues vienen del norte. A veces pienso que nuestros dos meses de viaje no son nada, viajer@s ;-).

6 pensamientos en “Bushman’s, el oasis de baobabs

  1. Que habitaciones tan chulas.¿No tienes miedo que entre un elefante?
    Aunque para tí es algo caro de vez en cuando hay que permitirse algún lujo.
    Javier Reverte duerme en peores sitios.

    • Los elefantes no entran pero comen de los árboles de al lado. No, no les tengo miedo, solo respeto, no hacen nada si no te metes con ellos. Los animales son pacíficos con los humanos, aunque no es esto lo que nos cuentan sí que es la realidad que yo he visto.
      Cierto lo de Reverte, parece que acaba en algunos sitios bien sórdidos, el no es el estereotipo de backpacker 😉

  2. Así me gusta, fomentando el uso de la bici por todo el mundo! :-) En realidad, una vez se va cogiendo inercia, es posible llevar gran cantidad de peso, lo duro es arrancar y lo importante que no te hagan frenar demasiado! Me ha gustado esa parte, y desde luego así te ahorras de patear y encima el chaval se dejó hacer la foto, no te puedes quejar! Ir en Valenbisi sale más caro seguro, jajaja

    • Te imaginas llevarme con todos los trastos en la valenbisi? Qué locura! No podría ni arrancar por mucho africano que fuese el niño 😉
      Este lugar te encantaría, es el paraíso de las bicis y los recorridos cerca del parque preciosos.
      bss

  3. Jajaja, ai pobret!!!! Sí que es veu xicotet i sí que anaves carregada de bultos, jajaja! La guesthouse: una passada!!! I amb elefants de «vista» O_O

    • També teníem un elefant molt a prop del dormitori mengant fulles d’un arbust. Els treballadors ens van dir que el coneixíen i que simplement anarem amb compte, però que no era perillós. I t’acostumabes a que l’animal estiguera per ahí… Impressionant!

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