Amanezco en el trópico: Nkhata Bay

A las 6:30 horas ya me despierto, es totalmente de día y ya no me vuelvo a dormir, a pesar de que excepcionalmente no me he puesto despertador. Parece que no hay manera de no madrugar ;-). Lo bueno que tiene llegar de noche a un lugar es lo que te encuentras a la mañana siguiente. Me asomo a la ventana y la vista es ésta, increíble las vistas al lago desde la vegetación tropical de la guest-house. Mayoka Village es el sitio del que me hablaron los holandeses y fue un gran consejo. Varias cabañas se esparcen por la montaña que acaba en el mismo lago. Una maravilla! Nkhata Bay me ha sorprendido al igual que Cape Maclear me despagó un poco. Este lugar me transporta a Asia…


En el desayuno coincido de nuevo con una pareja española que conocí ayer en la cena. Casualmente me había sentado en la misma mesa que ellos, a les oí hablar catalán y les pregunté. Eran los primeros españoles con los que coincidía este viaje y la verdad que me alegré. El chico muy majo enseguida me dio conversación, pero ella era una estirada de mucho cuidado. Él me cuenta que ella ha estado viajando sola por Kenia y Tanzania y no logré sacarle a la tipa ninguna palabra sobre su viaje más allá que un “bien”. Normalmente los viajeros que me encuentro son gente abierta y les gusta compartir, a excepción de los ingleses, pero siempre te puedes encontrar personas así por el mundo. Mala suerte pero no importa, gente así no me va a empañar las fantásticas vistas del lago desde Mayoka ;-).

 

   

Hago unas fotos intentando asimilar el precioso sitio en que estoy y luego me bajo a la ciudad a callejear, por el camino sigo admirando las vistas al lago.

La guest-house está a 15 minutos caminando, hay que bajar de la montañita y tras el atajo salgo a la carretera donde vendedores de artesanía salen al paso saludando y dándote conversación para luego pedirte que entres en su tienda e intentar venderte algo. Pobrecillos, se hacen un poco cansinos, te quieren parar, pero yo aprieto un poco el paso, les digo que pararé a la vuelta con más calma.

El ambiente en la ciudad hacia las 12 horas es tremendo, hierve de gente.

Paseo por un pequeño mercado entre callejuelas y doy con un local donde hay un montón de máquinas de coser, todas bien antiguas como podéis intuir. Un chico viene a saludarme y me pregunta si busco algo. Tengo curiosidad y él, muy amable me explica que aquí cada uno tiene su pequeña tienda de costura y se ubican todos los sastres en el mismo local. Se disponía a planchar un colorido pedazo de tela, parece que va a formar parte de un chaleco y me regala esta sorpresa: Plancha con una plancha de carbón! Creo que he visto alguna en un museo o de decoración en una casa antigua. Pues aquí es de lo más normal!! El chico está más asombrado con mi cara que yo con la plancha. Yo le explico que ahora en España son eléctricas y que éstas las usaban nuestras abuelas. Me deja probar y todo. Pienso si tengo algo que coser de mis ropas de mochilera pero no caigo en ese momento. Si no se lo traería al chico sin dudar.

Busco un sitio para comer y doy con H&M, un restaurante local con una pequela terracita. El dueño John es encantador y tiene muy buena presencia, él atiende en la sala y la mujer se encarga de la cocina. La hija ayuda de camarera. Son majísimos y la comida buenísima. Me siento en una mesa que ocupan dos personas, enseguida me dan conversación, uno trabaja aquí en un banco y va todo trajeado, el otro viene de Lilongwe por trabajo, su sector es la construcción. Sobre la situación del país, el que trabaja en el banco parece muy interesado en la política, dice que el actual gobierno, el de Dr Joyce Banda, no está haciendo nada, que se apoya demasiado en la ayuda internacional y que esto implica condiciones y no puede actuar libremente. Se queja de que los políticos no fomentan la exportación y los países colindantes se benefician de esto, porque compran producto en Malawi a bajo precio y luego ellos sí que lo exportan, como el caso de Tanzania. Se queja de que el anterior gobernante, Bingu wa Mutharika, fuera muy criticado. Él opina que era porque quería acabar radicalmente con la corrupción y la pobreza y para ello puso medidas duras que a la gente no le gustaron. Por eso lo tacharon de dictador, pero defiende que iba en la buena dirección. Fue localizado un documento en el que se acusaba de autócrata a Mutharika y automáticamente el embajador de Gran Bretaña fue expulsado de Malawi. A partir de entonces las relaciones ya fueron tensas, se congelaron ayudas y empezó a ser desautorizado internacionalmente.

Por la tarde busco una wi-fi y ya subo cuando anochece a la guest-house. En Mayoka ofrecen una barbacoa por 2500 K. Resulta que los tíos te ponen el precio en la pizarra sin añadir los 16,5 % de impuestos. Parecen técnicas capitalistas en el corazón de África y es que claro los dueños para variar son sudafricanos. La cena estaba muy buena, pero la carne era lo que menos abundaba. Comparto mesa y conversación con Charles y Chatomwa. Resulta que Charles es belga pero lleva media vida en África y lo que le queda también la pasará aquí. Estuvo muchos años en Sudáfrica pero se cansó y buscó un lugar mejor, menos parecido a Europa y vino a Malawi con su segunda mujer, que es sudafricana. Aquí ha montado una pequeña comunidad para fabricar queso y miel donde participan los malauies. Su idea es enseñarles a gestionar estos negocios y que puedan regentarlos ellos mismos, porque tienen potencial estas gentes pero las carencias de la educación y la formación no les permiten avanzar y mejorar su economía. Sobre el gobierno se queja de que los mismos gobernantes carecen de formación y plantean unas cuestiones absurdas para los que quieren poner en marcha un negocio. Se declara cristiano y es profundamente creyente a tenor de lo que dice. No se considera católico ni protestante, todos estamos en lo mismo, dice. Para tratar con los musulmanes dice que él en lugar de decir soy cristiano y marcar así una distancia, dice: «Yo sigo a Jesús», y con ello los musulmanes que conocen quien es Jesús se sienten más próximos. Me parece una idea excelente!. Ä Charles le gusta tratar con la gente y sabe como hacerlo. Ahora solo le falta aprender chichewa, lo tiene pendiente.

Fue una conversación muy interesante, sabe mucho de África y se le ve entregado a su proyecto, que parece una gran causa. Me deja sus datos para estar en contacto y por si me animo a venir a vivir por aquí. No es ninguna idea descabellada, la verdad, tendré que pensarlo 😉

 

4 pensamientos en “Amanezco en el trópico: Nkhata Bay

    • Jul, cariño, qué alegría le has dado a la tía! Me alegro te gusten las fotos, tiene que venir algún día.
      Te mando un abrazo muy muy fuerte, a ti y a las nenas. Tengo muchas ganas de veros
      tú tía mariluz

  1. Cuando era niña yo he visto planchar con brasas el problema es que se quemaba facilmente la ropa.
    Las fotos son fantásticas.En el Saler no las podía ver.
    Que historia tan bonita la del belga y cuanta razón tiene sobre seguir a Jesús sencillamente.
    Un abrazo

    • Eso pensaba yo con la plancha, pero en la que yo probé al menos no se quemaba. Me suena haber visto alguna en casa de los abuelos, en Simat.
      Sí, la verdad es que encuentro a mucha gente interesante y sobretodo buena gente por el camino. Es bonita la idea de seguir a Jesús sencillamente, también lo creo así
      un gran abrazo!

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